Si los primero que haces al despertar es agarrar tu celular y comenzar a "scrollear" en tus redes sociales o apps, y al terminar el día, vas a la cama también con tu teléfono y haces lo mismo, probablemente estés experimentando o muy cerca de llegar al denominado “cerebro de pochoclo”.

El término cerebro de pochoclo o popcorn brain fue acuñado en 2011 por el psicólogo David Levy, investigador de la Universidad de Washington para definir aquellas situaciones en las que la mente de una persona está tan enganchada a las multitareas en línea que las que ocurren fuera de internet, mucho más lentas, no le despiertan ningún interés.

¿Por qué se eligió el término "pochoclo"?

El término es porque, inmerso en la cantidad de posibilidades de entretenimiento que ofrece Internet, muy especialmente a través del celular, el cerebro no deja de saltar de una a otra tarea, de prestar atención a una información para, rápidamente y aunque no le dé tiempo a procesarla, pasar a la siguiente, de ir de una a otra página como cuando los granos de maíz se convierten en pochoclos al explotar y saltar uno tras otro en una cadena sin fin.

¿Cómo saber si tenés "cerebro de pochoclo"?

Si bien no se trata de una condición médica como tal, este síndrome da cuenta de un patrón de comportamiento nocivo para las personas.

Los síntomas del "cerebro de pochoclo" son:

- Capacidad de atención reducida

-  Dificultad para concentrarse en tareas durante períodos prolongados.

-  Una necesidad constante de estimulación.

- Inquietud cuando no se interactúa con los medios digitales.

- Desafíos para gestionar el tiempo de forma eficaz debido a las frecuentes distracciones

Algunas aplicaciones populares -como TikTok o Instagram- están diseñadas para fomentar ese comportamiento con “programas de recompensa variables (mismo mecanismo de los juegos de azar), microdosis de dopamina y diseños intencionalmente adictivos”.

De hecho, un estudio publicado en la revista académica Nature Communications en 2019, reveló que los períodos de atención colectiva de las personas son cada vez más cortos debido al rápido consumo de las redes sociales.

¿Cómo superar el síndrome de "cerebro de pochoclo"?

Poder parar, dejar atrás nuestra dependencia de las redes sociales y que nuestro cerebro deje de saltar, además de remediable, es totalmente reversible y los siguientes consejos pueden ser de gran utilidad:

- Limitar nuestro tiempo en las redes: cuán bien les vaya a nuestros amigos interesa, pero más importa la salud de nuestro cerebro. Así que debemos marcarnos un horario fijo y estricto para navegar por las redes sociales y apagar las notificaciones.

- Seguir una rutina: establecer un horario para navegar por internet y uno para el resto de nuestras tareas. Eso nos ayudará a organizarnos y a evitar la tentación de recurrir al teléfono.

- Priorizar nuestras tareas: centrarnos en las cosas importantes como, por ejemplo, preparar la cena para la pareja o los hijos.

 - Practicar la meditación: si nos cuesta concentrarnos, la práctica de técnicas de mindfulness ayudará a nuestro cerebro a reasentarse. Por ejemplo, durante las pausas que debemos hacer en nuestra rutina para refrescar la mente y no sentirnos agobiados.

- Dejar el celular un ratito: las redes sociales pueden ser una buena fuente de información y alegría, pero las aplicaciones están diseñadas para mantenernos haciendo scroll y publicar cosas continuamente, lo que podría afectar a nuestro cerebro.