La secundaria basada en preguntas y explicaciones da sus frutos

La Nueva Escuela para Adolescentes (PLaNEA) impulsada por Unicef explica, por ejemplo, el mundo de las computadoras. En el verbo radica el espíritu de este programa de educación secundaria fundado en la calidad, el bienestar y la inclusión: que haya más explicaciones para facilitar el desarrollo de un proyecto de vida pleno en el siglo XXI. También el sustantivo “proyecto” es inherente a PLaNEA, un modelo donde los estudiantes aprenden de manera activa a partir de interrogantes y de la identificación de un problema que debe ser resuelto. Esa propuesta cumplió un ciclo en Tucumán, una de las provincias argentinas pioneras en su aplicación: esta semana egresaron los primeros alumnos que cursaron íntegramente la secundaria al calor y a la sombra de sus postulados transformadores.

El acto de colación celebrado en la Escuela Lomas de Tafí, uno de las 16 establecimientos públicos que empezaron a aplicar PLaNEA en 2018, sería un hito de altísima relevancia en la búsqueda de que los chicos salgan de la educación obligatoria dotados de aprendizajes fundacionales que los acompañen para siempre. Días antes, el presidente Javier Milei había dicho en el discurso inaugural de su administración que “sólo el 16% de nuestros chicos se reciben en tiempo y forma en la escuela”. A la ceremonia en Lomas de Tafí asistieron, además de los integrantes de la comunidad escolar, Susana Montaldo, ministra de Educación de la provincia; Gabriela Gallardo, secretaria de Estado de Educación; Rosa Casares, directora del Nivel Secundario, y Ornella Lotito, socióloga y oficial de Educación para Adolescentes en Unicef Argentina.

Los 81 egresados de Lomas de Tafí forman parte de una política pública que hoy abarca a 101 escuelas de la provincia, y que se expande por Chaco y por Córdoba. “Se trata de las primeras camadas de lo que consideramos un paradigma intermedio, que nos permite ir avanzando hasta tanto se pueda hacer un cambio radical en el secundario”, dice Montaldo durante un diálogo telefónico sostenido mientras regresaba de una actividad oficial en Tafí del Valle. La ministra recuerda que hoy sigue imperando una estructura rígida: “son planes concebidos casi diría que con una concepción de la escuela del siglo XIX, es decir, uniformes y con gran cantidad de materias impartidas en simultáneo, pero con poca o ninguna conexión entre ellas”.

La virtud de PLaNEA, un programa iniciado durante la gestión del ex ministro Juan Pablo Lichtmajer, es que habilita a docentes y a alumnos del secundario a proyectar la educación sobre la base de propuestas multidisciplinarias prácticas adecuadas al contexto sociocultural, y a la edad e inquietudes de los alumnos. “Se trata de superar la división de disciplinas vigente con un acento en el acompañamiento”, define Montaldo. La ministra del Gobierno de Osvaldo Jaldo subraya que Tucumán apuesta por la educación de los adolescentes desde hace más de 20 años: “en 2001 no llegábamos a 30 escuelas secundarias públicas en toda la provincia. En ese momento el cursado obligatorio llegaba al séptimo grado”. Montaldo es consciente de esa realidad porque, según dice, durante su primera etapa al frente de la cartera (2003-2007), se decidió implementar el Tercer Ciclo de la Educación General Básica (EGB3) con profesores de la secundaria.

“En 2006, cuando se promulgó la Ley de Educación Nacional -que extendió la formación obligatoria desde los 5 años [bajó a los 4 en 2014] hasta la finalización del ciclo secundario- ya teníamos la mitad de los deberes hechos”, refiere. Entre otras asignaturas pendientes, Montaldo menciona los retos de integrar y educar a los chicos de parajes aislados o despoblados, y de fortalecer a las escuelas para que brinden estudios orientados al empleo.

Que cambie el sistema

PLaNEA apunta a que los adolescentes y jóvenes desarrollen herramientas para transitar el presente y el futuro, según Lotito, coordinadora del programa en Unicef. “Una graduación es un punto de llegada y de comienzo de una nueva etapa. En el caso de Lomas de Tafí y de las otros establecimientos que adoptaron íntegramente PLaNEA, la ceremonia refleja seis años de un trabajo inmenso donde estuvieron involucrados el equipo del Ministerio de Educación, especialmente el sector de la escuela secundaria; directivos, y docentes comprometidos con la propia formación y con la revisión de algunos aspectos de su práctica para hacer una transformación educativa”, destaca la socióloga durante una conversación telefónica. Lotito considera que se están empezando a ver los frutos de esta tarea.

“PLaNEA propone una escuela secundaria que se ajuste a la actualidad; que sea pertinente para los chicos y las chicas, y que permita el desarrollo de habilidades y conocimientos necesarios para la vida. Para conseguirlo, hace falta un cambio sistémico que comprende al Ministerio de Educación, al establecimiento y al aula. Son muchos actores y componentes que participan en las distintas redes de trabajo”, comenta Lotito. Y subraya: “me enorgullece que una promoción haya podido atravesar la escuela secundaria completa con este planteo que invita a aprender de una forma diferente, por ejemplo, mediante los proyectos y las preguntas que interpelan a los estudiantes. Los contenidos se abordan desde la curiosidad, la heterogeneidad y el interés”.

El bienestar pesa

Esta visión de la enseñanza y del aprendizaje incluye, desde luego, estrategias de evaluación que van más allá de los exámenes convencionales, como exposiciones orales y presentaciones abiertas a la comunidad. “Los resultados son muy interesantes”, observa Lotito. La especialista de Unicef añade que los seguimientos de la aplicación del programa demuestran que este genera una satisfacción alta: “son procesos largos, que requieren de un gran esfuerzo porque insisto que lo que se intenta es un cambio sistémico. El desafío es profundo por la caída en los resultados de Matemáticas y de Lengua que revelan las últimas pruebas Aprender. La pandemia tuvo un impacto significativo, que también afectó el desarrollo de PLaNEA. Eso no es un dato menor. Pero sí advertimos una mejora incipiente. Son análisis que se siguen haciendo”.

PLaNEA trabaja con las áreas disciplinares troncales de Matemáticas, Lengua, Ciencias Naturales y Ciencias Sociales, y, además, con tecnología o Ciencias de la Computación. “La alfabetización digital es considerada desde una perspectiva integral. En la mochila de los chicos que pasan por PLaNEA ocupa un espacio importante la experiencia del Taller de Aprendizaje, donde se aprende a aprender a partir de tácticas, actividades y aproximaciones. El taller pone énfasis en las distintas maneras de adquirir el conocimiento y la autonomía, y, para eso, desanda algunas prácticas e incorpora otras innovadoras en función de las necesidades y posibilidades de cada estudiante”, apunta Lotito. Y agrega: “en esa sociedad tan cambiante, es fundamental saber aprender, y acostumbrarnos a aplicar, por ejemplo, el pensamiento crítico, la empatía, la resiliencia y la argumentación. Este enfoque aparece en las distintas materias, pero, en particular, en el Taller de Aprendizaje”.

PLaNEA aspira a que sus egresados salgan equipados con herramientas para construir el conocimiento de manera colaborativa, para cuestionarse y para cuestionar, y para desarrollar proyectos que les permitan vincularse de otra manera con el saber. La idea es que las inquietudes lleven a la acción y generen productos concretos. “Otro aspecto destacable de PLaNEA es el abordaje del bienestar para la población estudiantil y el plantel docente. A lo mejor en otros ámbitos educativos no se le da tanto peso, pero, para PLaNEA, es fundamental porque el bienestar resulta clave para desarrollar las llamadas habilidades blandas vinculadas con la socialización, con escuchar y con compartir”.

Ante la nostalgia por el sistema educativo público de calidad que la Argentina supo tener, Lotito responde con esperanza: “la secundaria necesita transformarse para dar respuesta a los requerimientos de la sociedad. No sé si me animo a decir que la escuela de antes era mejor. Pero sí sabemos que el país ha dado pasos grandes en cuanto al acceso a la educación secundaria. Hoy es casi universal, aunque aún falta sumar a algunos chicos. El desafío mayor tiene que ver con el aprendizaje, con lograr que todos tengan un paso significativo por la escuela y para eso necesitamos repensar el modelo, e incorporar nuevas formas de enseñar y de aprender la lectocomprensión y los contenidos básicos: estas alternativas adecuadas al contexto y a quienes asisten a las escuelas permiten que los chicos adquieran el conocimiento necesario para desenvolverse como ciudadanos”.