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Estimo que a la mayoría de argentinos, nos gustaría tener la libertad de conocer en detalle los números de Vaca Muerta, los de cada legislatura de Provincia, de cada Concejo Deliberante. La libertad de no votar por obligación. La de tener opciones frente a Edet, o Gasnor. O al menos, la libertad de preguntar porqué razón, el valor unitario de luz y gas, es el que es. Y hasta la libertad de saber con claridad inequívoca, qué pergaminos tiene nuestro presidente, antes de serlo. Muchos se sorprenderían...
Seguramente, la mayoría de argentinos, defendemos la libertad. Con responsabilidad, claro. Deberes y obligaciones. Sino, sería libertinaje, y anarquía. Una especie de ley de la selva. Donde muy probablemente, como en toda selva, ya sabemos quienes estarán en la cima de la cadena alimenticia..
Avance esperanzador, cada acción contra la práctica para manipular ciudadanos. Sin escrúpulos. Vale la aparente intención de este gobierno de terminar con eso. Pero es sólo la punta del iceberg. La modalidad, está presente en cada rincón del país. Y a ella adhieren todos los signos políticos. Incluye nuestra propia legislatura, cuyo presupuesto, sus gastos, sus empleados, sus asesores, etc, revisten el carácter de un virtual "secreto de Estado". Tampoco nadie plantea la adhesión a la ley nacional de transpatencia financiera y acceso a la información pública. En estos asuntos, pareciera que ya no hay diferencias políticas..
El mejor país del mundo, en un tobogán interminable. Todos Paz detectó irregularidades. Más bien, delitos. Pero no detectó delincuentes. Porque simplemente, eran parte del sistema. Y ncesarios para su continuidad. Sistema que comienza con Duhalde, en 2002. O sea, hace más de 20 años. Sistema que ningún gobierno quiso desmantelar. Vale en principio, la actitud de este gobierno sobre tal cuestión. Sin embargo, hay muchas otras cuestiones igualmente graves y urgentes, cuyo tratamiento ha sido más que, discutible, cuando no simplemente inexistente. Presumo que como ciudadanos, lo peor que podríamos hacer, es darle un cheque en blanco a la dirigencia política. La historia ya demostró que, mientras aquella "se acomoda" siempre de un modo u otro, nosotros seguimos eternamente "desacomodados".
Durante los últimos 30 años, he cuestionado públicamente por muchos medios, la corrupción reinante. Gastos inexpugnables de legislatura, transferencias discrecionales y sin rendición de cuentas a municipios del interior, y hasta narcotráfico, y su complicidad con todos los pideres del Estado. Con presentaciones ante la justicia. Cosas que "no me han salido gratis". 30 años así. Pero eso no significa que deba "confiar ingenuamente" en este gobierno. De hecho, no he visto ni una sola medida contra "la casta verdadera". En realidad, las medidas, han sido contra la gente. Porque recortar jubilaciones, transferencias a provincias para salarios docentes, y para comedores de pobres", no suena a "castigar la casta". En todo caso, suena más bien a "ponerles presión, disciplinarlos". Pero no a costa de sus prebendas, sino a costa de los más necesitados. En realidad, necesita sus votos. Entonces, la Nación no plantea guerra. Sino, sumisión. Y no importan los "daños colaterales".
Simpatias e Ideologías políticas al margen, son inevitables algunas preguntas. Ejemplo: no se entiende muy bien, cómo un presidente que dijo (y lo acaba de reafirmar en el foro fe Davos), que "El Estado castiga al capitalista por tener éxito", ahora "profundiza rse castigo" con nuevos impuestos, sobre varias economías regionales. Más dinero del interior, hacia las arcas insaciables del gobierno nacional.
Últimos comentarios
El NOA está copado. Los tentáculos llegan hasta el último rincón.
Bomberos en Salta. Siprosa en Tucumán...
Estimo que a la mayoría de argentinos, nos gustaría tener la libertad de conocer en detalle los números de Vaca Muerta, los de cada legislatura de Provincia, de cada Concejo Deliberante. La libertad de no votar por obligación. La de tener opciones frente a Edet, o Gasnor. O al menos, la libertad de preguntar porqué razón, el valor unitario de luz y gas, es el que es. Y hasta la libertad de saber con claridad inequívoca, qué pergaminos tiene nuestro presidente, antes de serlo. Muchos se sorprenderían...
Seguramente, la mayoría de argentinos, defendemos la libertad. Con responsabilidad, claro. Deberes y obligaciones. Sino, sería libertinaje, y anarquía. Una especie de ley de la selva. Donde muy probablemente, como en toda selva, ya sabemos quienes estarán en la cima de la cadena alimenticia..
Avance esperanzador, cada acción contra la práctica para manipular ciudadanos. Sin escrúpulos. Vale la aparente intención de este gobierno de terminar con eso. Pero es sólo la punta del iceberg. La modalidad, está presente en cada rincón del país. Y a ella adhieren todos los signos políticos. Incluye nuestra propia legislatura, cuyo presupuesto, sus gastos, sus empleados, sus asesores, etc, revisten el carácter de un virtual "secreto de Estado". Tampoco nadie plantea la adhesión a la ley nacional de transpatencia financiera y acceso a la información pública. En estos asuntos, pareciera que ya no hay diferencias políticas..
El mejor país del mundo, en un tobogán interminable. Todos Paz detectó irregularidades. Más bien, delitos. Pero no detectó delincuentes. Porque simplemente, eran parte del sistema. Y ncesarios para su continuidad. Sistema que comienza con Duhalde, en 2002. O sea, hace más de 20 años. Sistema que ningún gobierno quiso desmantelar. Vale en principio, la actitud de este gobierno sobre tal cuestión. Sin embargo, hay muchas otras cuestiones igualmente graves y urgentes, cuyo tratamiento ha sido más que, discutible, cuando no simplemente inexistente. Presumo que como ciudadanos, lo peor que podríamos hacer, es darle un cheque en blanco a la dirigencia política. La historia ya demostró que, mientras aquella "se acomoda" siempre de un modo u otro, nosotros seguimos eternamente "desacomodados".
Durante los últimos 30 años, he cuestionado públicamente por muchos medios, la corrupción reinante. Gastos inexpugnables de legislatura, transferencias discrecionales y sin rendición de cuentas a municipios del interior, y hasta narcotráfico, y su complicidad con todos los pideres del Estado. Con presentaciones ante la justicia. Cosas que "no me han salido gratis". 30 años así. Pero eso no significa que deba "confiar ingenuamente" en este gobierno. De hecho, no he visto ni una sola medida contra "la casta verdadera". En realidad, las medidas, han sido contra la gente. Porque recortar jubilaciones, transferencias a provincias para salarios docentes, y para comedores de pobres", no suena a "castigar la casta". En todo caso, suena más bien a "ponerles presión, disciplinarlos". Pero no a costa de sus prebendas, sino a costa de los más necesitados. En realidad, necesita sus votos. Entonces, la Nación no plantea guerra. Sino, sumisión. Y no importan los "daños colaterales".
Simpatias e Ideologías políticas al margen, son inevitables algunas preguntas. Ejemplo: no se entiende muy bien, cómo un presidente que dijo (y lo acaba de reafirmar en el foro fe Davos), que "El Estado castiga al capitalista por tener éxito", ahora "profundiza rse castigo" con nuevos impuestos, sobre varias economías regionales. Más dinero del interior, hacia las arcas insaciables del gobierno nacional.