Ignacio Jose Paz
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Últimos comentarios
(Santiago José Paz) No son los argentinos el problema, sino más bien el seguimiento ciego de políticas impuestas desde afuera por gobiernos, organismos supranacionales (tipo ONU, UE, FMI, BM, OTAN ...), ONGs globalistas, etc., que actúan como salvavidas de plomo para impedir que nos desarrollemos. Ojalá logremos alguna vez oir el ruido de rotas cadenas para deshacernos de esa lacra.
(Santiago José Paz) El cercenamiento de libertades, comenzando por la religiosa -increíblemente apañada y aplaudida por la jerarquía eclesiástica-, ha supuesto un grave retroceso en la religiosidad de la feligresía en general, además del vaciamiento de los seminarios diocesanos. Con la excepción de pocos sacerdotes que con gran valentía ampararon a los fieles y clandestinamente siguieron atendiéndolos con misas y administrándoles los sacramentos. Es notable cómo hasta el día de hoy se mantiene la creciente asistencias a sus templos en contrapartida con la disminución de los que obedecieron ciegamente oscuras directivas políticas sin fundamentos en materia de salud.
(Santiago José Paz) ¿Por qué Argentina todavía no puede imitar a Brasil en estos proyectos exitosos? En gran parte esto se explica por diferencias de fondo y de falta de armonización de las políticas macroeconómicas y sectoriales. Por ejemplo, las facilidades de financiamiento oficial de inversiones otorgadas por el gobierno brasileño a sus sectores productivos, algunas de jerarquía constitucional. En contrapartida el sector público argentino, absorbe prácticamente todos los recursos del sistema financiero, esquilmando a la vez a los productores con sus impuestos. En lo referente a bioenergías sólo basta comparar el rol central para la descarbonización del transporte otorgado por el gobierno brasileño, en contraste con el ninguneo en nuestro Plan de Adaptación y Mitigación del Cambio Climático (privilegiando la electromovilidad), presentado internacionalmente por el anterior gobierno como base para establecer los compromisos argentinos de descarbonización.
(Santiago José Paz) R: @Arquimedes Carrizo: Según el Informe Técnico «Evaluación económica del cultivo de caña de azúcar – Campaña 2023/2024» del INTA Famaillá, el precio de indiferencia del cañero para producir una tonelada de azúcar fue de de USD 382/Tn para bajas productividades y de USD 312/Tn para altas producitividades. Sólo en el corriente mes de marzo el contrato #11 de crudos de Nueva York tuvo precios de USD 400/Tn que, al deducirles los gastos logísticos de fobbing, dejarían en Tucumán un equivalente a USD 280/Tn, es decir por debajo del costo de indiferencia de los cañeros. Proyectar una actividad exportadora de largo plazo en esas condiciones es insustentable.
(Santiago José Paz) R:@Arquimedes Carrizo. No siempre el sector está en condiciones de colocar sus excedentes en los mercados externos de azúcar, que siguen siendo vulnerables a precios de dumping. El siglo XXI arrancó con un precio para el azúcar crudo de 6,36 USD-ctvs/libra, que equivalen a 11,73 USD-ctvs/libra a valores de 2025. Asimismo, tan cercano como en abril de 2020, dicho precio había retrocedido a 9,40 USD-ctvs/libra, equivalentes a 11,53 USD-ctvs/libra de hoy. Sería insensato proyectar un sector superavitario sustentado en esos mercados. Lo razonable es proyectar la producción de excedentes basada en la descarbonización de la matriz energética interna con flexibilidad para aprovechar ciclos de bonanza en los mercados de exportación.
(Santiago José Paz) ¡Las construcciones perdurables arrancan por los cimientos! Antes de aumentar sus cañaverales, Brasil estableció políticas para generar un mercado sólido de bioetanol incluyendo el desarrollo de toda la red de distribución y expendio a cargo del Estado. Algo que todavía no se ha logrado en Argentina. Sin reducir el área sembrada, la Pampa húmeda podría obtener mejores precios si pudiera dedicar parte de su producción a los biocombustibles, apalancándose en una flexibilidad sustentada en políticas energéticas y ambientales que permitan atender la demanda interna y aprovechar los buenos momentos de los mercados internacionales del azúcar. Copiar inteligentemente a Brasil implica antes que nada guiarse por sus políticas macroeconómicas y sectoriales, sin lanzarse mediocremente y a lo loco a aumentar la producción sin resolver primero lo anterior.
(Santiago José Paz) ¡No todo gira en torno al ámbito productivo! ¡La mediocridad de los que crecieron sin mirar la solidez de los mercados es lo que provocó la crisis de 1966! Apostaron a que con la salida de Cuba de los mercados, entonces principal exportador mundial de azúcar, se venían años dorados para las exportaciones. Así se llegó a la zafra 1966 con un carry over de 7 meses de consumo y si no se hacía nada la proyección daba 13 meses de consumo para el inicio de la zafra siguiente. Una situación razonable de equilibrio marca la conveniencia de pasar de una zafra a otra con stock para un mes de consumo.
(Santiago José Paz) Quizá la situación coyuntural amerite armar un esquema tipo “single desk” como el australiano para comercializar coordinadamente los excedentes que deben ir al mercado mundial. Pero lo que más preocupa es la falta de definiciones sobre el futuro de la actividad en relación con el exceso productivo actual. Es inviable proyectarlo en base a la colocación de excedentes en el mercado mundial de azúcar o en un un incierto mercado interno de biocombustibles sin reglas claras de determinación de volúmenes y precios. Sin un adecuado y estable programa interno de bioenergías, como le convendría al país, lo sano sería reestructurar el sector para atender la demanda interna y la de mercados preferenciales de azúcar, reduciendo excesos de cañaverales y evidentemente sin seguir avanzando con la suicida expansión de los mismos registrada en los dos últimos años.
(Santiago José Paz) Excelentes reflexiones. Comparto 100%.
(Santiago José Paz) Muy bueno que desde La Gaceta se contribuya a generar conciencia sobre las implicancias del cambio climático. El calentamiento global debido al aumento de la concentración de Gases de Efecto Invernadero provoca variaciones en las corrientes de aire y marítimas que alteran severamente el clima de la tierra. Cambios que antes se sucedían en ciclos que duraban miles de años, por la magnitud de las emisiones humanas, ahora se aceleran y se dan en apenas pocas décadas, pudiendo desencadenar procesos incontrolables por el ser humano que eleven las temperaturas mucho más que 2,8°C para fines de siglo. Es alarmante la competencia alocada por la primacia económica entre los países más contaminantes, que los lleva a abusar del uso de energías fósiles más baratas y contaminantes en su afan por adelantarse a sus rivales.