Aunque la cantidad de accidentes de motociclistas ha caído en los últimos días por el frío, estos siguen siendo la gran mayoría –el 78%- de los percances que son atendidos en el Hospital Padilla. Al respecto, el director del nosocomio dijo en LG Play que hubo 84 accidentes entre el 10 y el 16 de julio, que una de las personas heridas –una acompañante en una motocicleta, de 25 años- falleció en el hospital y que se está llevando a cabo una encuesta para determinar si hay vinculación en esos siniestros de consumo de alcohol y de drogas.

Los motociclistas forman un problema especial en el tránsito. Desde hace mucho tiempo constituyen el grupo más grande de los accidentados –de hecho, en la semana mencionada fueron el 78% mientras que los automovilistas fueron el 8,5% - y no se ha encontrado el modo de bajar esa incidencia. En nuestra edición del miércoles se dio cuenta de dos tragedias de motociclistas, una en Rivadavia al 2.700 (un conductor chocó contra un carro tirado por caballo) y otra en Tafí Viejo (una joven acompañante falleció al caer en un choque y golpear sui cabeza contra el cordón de la vereda).

Son, coincidentemente, protagonistas en gran mayoría de las violaciones a las normas, y eso se puede comprobar a diario en cualquier esquina. Muchos circulan sin casco, a alta velocidad, con menores de edad a bordo –pese a que está prohibido- ; zigzaguean, cruzan semáforos en rojo, suben a las veredas con el vehículo, hablan por teléfono celular, no hacen señales de sus intenciones en la circulación y muy a menudo realizan maniobras bruscas y rápidas. Esa mezcla de infracciones da lugar a los frecuentes accidentes de que son protagonistas, a veces con consecuencias dramáticas, cuando no mortales, y que requieren internaciones hospitalarias largas y costosas. Muchos quedan con incapacidades temporales o permanentes, que afectan su vida cotidiana, laboral y social.

Al respecto, el Instituto de Seguridad Vial (ISEV) afirma, en un informe reciente- que si bien la participación de las motos en la siniestralidad vial grave se viene reduciendo, aún continúa siendo muy importante (3 de cada 10 vehículos partícipes). Sostiene que pese a que siempre se valora el rol positivo de la moto en la movilidad sustentable, se debe distinguir entre “motociclistas” y “usuarios de motos” en función de la diferente percepción de riesgo que tienen unos y otros en nuestra sociedad. “En términos generales el ‘usuario de moto’ ha llegado al vehículo en función ‘económica’ por su costo substancialmente inferior, de fácil accesibilidad en el financiamiento y mercado, y con muy baja o nula exigencia en los requisitos para obtener la licencia, particularmente en los de menor cilindrada. Para él, la moto es un medio de transporte personal y familiar, particularmente en aquellas localidades en las que el transporte público desapareció. O, en muchos otros casos, es una herramienta de trabajo en servicios de delivery o mensajería”, explica. Y añade que el “usuario de moto”, a diferencia del “motociclista” (que se preocupa por adquirir elementos de protección), “no se percibe (ni a él ni a su familia) como usuario vulnerable de la circulación viaria, transportando o trabajando”. En ese sentido, añade, el “usuario de moto” lleva casco sólo si hay controles que lo puedan multar “y puede llegar a manejar en pantalón corto y ojotas”. Concluye que “no existe o es muy baja en Argentina, institucionalmente, la cultura de motociclista”.

De esto se ha hablado el año pasado en la jornada de concientización vial llevada a cabo en el Hospital Padilla, en la que participaron ONG y agrupaciones de cadetes de mensajería o delivery. Un experto en tránsito mencionó en esa ocasión que tampoco hay actitud de verdadero control de parte de agentes de policía o de tránsito, ante cuyos ojos se suceden las infracciones sin que reaccionen, de modo tal que parecen haber naturalizado la violación a las normas, sin que vinculen eso con los accidentes. Correspondería que estas jornadas de concientización se extiendan a encuentros multisectoriales a fin de que se llegue a acciones contundentes y efectivas para reducir los riesgos y los accidentes de motociclistas.