BRUSELAS, Bélgica.- La cumbre entre la Unión Europea y la Comunidad de países de América Latina y el Caribe cerró con optimismo entre los participantes, pese a las dificultades para ponerse de acuerdo en una respuesta conjunta a la ofensiva de Rusia militar en Ucrania.

Para los países del bloque europeo era fundamental lograr un repudio contundente a Vladimir Putin, cuya invasión está afectando la economía europea, pero los países al oeste del Atlántico mostraron que Ucrania les queda lejos y que hay mucho más para debatir y reparar en esa relación que se reanuda entre las regiones, luego de ocho años: el comercio desigual de materias primas, acuerdos ambientales, la “cuestión de Malvinas”, la deuda externa, las inversiones en infraestructura y en protección social, la histórica deuda de Europa con América por la esclavitud son sólo algunos de ellos.

Finalmente, luego de duras negociaciones, los jefes de Estado lograron una declaración conjunta, que contiene una condena al conflicto en Ucrania, pero no un repudio explícito a Putin, además de otros temas que interesaban a la Celac.

“No íbamos a permitir que esta cumbre fuese un encuentro en torno a Ucrania”, dijo Ralph Gonsalves, presidente de San Vicente y Granadina, en la presidencia pro tempore de la Celac.

Prueba de la apertura de agenda son los acuerdos firmados en la cumbre de negocios, que precedió a la cumbre política: memorándums de entendimiento políticos con El Salvador, Ecuador y Honduras; energéticos, con Argentina y Uruguay; y uno sobre materias primas con Chile, además de los 45.000 millones de euros para proyectos de cooperación que anunció la presidenta Úrsula von der Leyen .

“Deber cumplido, se abre una página nueva”, dijo, al presentar la declaración conjunta, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, resaltando que habían logrado “una declaración ambiciosa” firmada por 59 de los 60 jefes de Estado y de Gobierno.

Para los europeos era importante lograr que los países latinoamericanos y caribeños condenaran “en los términos más fuertes posibles la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania”, según el borrador propuesto por la diplomacia europea. Pero ya se sabía que los países de la Celac, en un consenso encabezado por el presidente de Brasil, Lula da Silva, no iban a aceptar una condena en esos términos.

Al final, el documento no habla de condena, sino que dice: “Expresamos nuestra profunda preocupación por la guerra contra Ucrania, que causa inmenso sufrimiento humano y está exacerbando las fragilidades existentes en la economía global”.

El presidente argentino, Alberto Fernández, está satisfecho. “Ha sido una cumbre importante para América Latina y el Caribe, Europa reconoce nuestros planteos”, dijo Fernández, bajo cuya presidencia pro tempore de la Celac, en 2022 se comenzó a organizar la cumbre de Bruselas.

Aparte de reconocer que los países de América Latina y el Caribe se declaran zona de paz, la soberanía sobre las Islas Malvinas también tuvo cabida: la UE “toma nota de la posición histórica de la Celac basada en la importancia del diálogo y el respeto por la ley internacional en la solución pacífica de conflictos”. Es la primera vez en sus 30 años de historia en que la UE menciona el tema.