“’Vidas y Muertes de María Nadie’ surge como consecuencia de la conmoción que me provocó un hecho real ocurrido no hace mucho tiempo. Podría tomarse como un asunto de crónica policial, pero lo sucedido supera ampliamente ese límite, y revela la realidad tremenda que millones de personas están padeciendo en este momento en nuestro país”.

Carlos Alsina se refiere a la obra de su autoría y dirección que se estrena hoy, a las 22, en la sala El Pulmón (Córdoba 86). Mañana a las 20 habrá una nueva función, así como los próximos fines de semana.

En la producción de la Cooperativa Teatro Independiente El Pulmón actúan Alejandra Muntaner, Teresa Méndez, Anahí Rodríguez, Golo Saifán y Ana Sala.

Las luces son de Luis Goñi; Cristiana Zanetto diagramó el afiche y Ashley Matheus, el programa.

Una metáfora

“La obra no sigue exactamente el hecho que la inspiró. Lo toma como punto de partida para intentar convertirse en una metáfora sobre la actualidad. Podríamos decir que trata de las miles de ‘Marías Nadies’ que pueblan nuestro país”, explica el dramaturgo.

“Este ‘Teatro de Urgencia’ no puede esperar -apunta-. La encrucijada en la que se encuentra nuestro país, y el mundo en general, no nos permite mucho tiempo para extasiarnos contemplando nuestro propio ombligo”.

En el caso particular de “Vidas y muertes de María Nadie”, el texto y el espectáculo “tratan de dar voz a quienes, al menos en el teatro, no la tienen con tanta frecuencia. Expresa los conflictos de los que menos tienen, las urgencias irresueltas, las injusticias evidentes, la enorme desigualdad social imposible de ocultar o de refutar”.

ESCENA CRUENTA. Un hecho policial se toma como punto de partida.

Al organizar los estrenos del año en la sala, Alsina se planteó si estrenar “Vidas y muertes de María Nadie”, junto a “Réquiem para noches claras” (en cartel), si “esta obra no agobiaría más a nuestro público, ya muy castigado por la situación que vivimos - confiesa-. Y decidí ponerla en escena porque pienso que hay que estar presente en el momento, durante el presente, y no después. Tal situación posterior suele ser más favorecida pues resulta más fácil contar con elementos de valoración tamizados por opiniones de otros o estudios al respecto”. “La urgencia es la urgencia y, si bien con el teatro no concretaremos ningún cambio significativo en la estructura de las relaciones sociales predominantes, sí estoy convencido que una obra vital y valiente puede modificar el curso de una vida. Sin ir más lejos, es mi propio caso personal”, razona.

Una sola persona

El autor está convencido de que “así sea una sola persona que salga de nuestro teatrito haciéndose preguntas y reflexionado sensaciones y razones que la obra le provocó ya es, para nuestra cooperativa de trabajo artístico, una enorme victoria. Espero que ‘Vidas y Muertes de María Nadie’ cumpla con ese mínimo cometido, que es un gran triunfo en estas épocas. Y al decir de Bertolt Brecht se resume en la pregunta: ‘¿Qué épocas son estas en dónde es necesario explicar lo obvio?’”