La forma en la que se va comportando el clima en el país complica las siembras de los diferentes cultivos; sobre todo, en la siembra gruesa pasada. Pero ese comportamiento también afecta a los cultivos invernales, que todavía se siembran en el país.
En este sentido la Bolsa de Cereales de Córdoba (Bccba) hizo una nueva estimación de proyección de siembra de trigo en Córdoba. Ahora prevé que se sembrarán 824.900 hectáreas con el cereal invernal. Si se da este número, se tratará de la menor superficie desde la campaña 2013/14. La de garbanzo, en tanto, crecería un 27%.
Las autoridades de la entidad indicaron que el principal factor fue la humedad inicial del perfil ya que el trigo, al ser un cultivo de invierno, depende de esta variable para s u desarrollo.
En segundo lugar, se ubicó el pronóstico climático. Si bien las lluvias fueron menores a lo normal en el último trimestre, motivo por el cual muchos productores decidieron no sembrar, otros sembraron con algo de humedad en el perfil con las precipitaciones ocurridas en mayo, esperando que la situación se revierta en primavera de cara al fenómeno “El Niño”.
También existe otro motivo en la decisión de siembra que fue el precio del trigo y la rentabilidad esperada del cultivo. Al salir de una campaña estival complicada hay mayores necesidades financieras, por lo que se decidió sembrar el cereal de invierno para disponer de capital a corto plazo con la cosecha del trigo.
Se suman también la rotación de cultivos, el manejo tecnológico y la incertidumbre por intervenciones políticas.
La Bccba estima que a fines de junio el 95% de la superficie proyectada con trigo en la provincia ya se estaba sembrada.
Actualmente el trigo se encuentra en estado vegetativo con dos o más hojas desarrolladas y, en algunos lotes, comenzaba a macollar. En general, el cultivo presentaba muy buenas condiciones y, respecto a la presencia de plagas y enfermedades, fue reportado el pulgón verde de los cereales con baja presencia y mancha amarilla, también en bajos niveles.
La entidad indica además que serían sembradas 10.100 hectáreas con garbanzo; un 27% más, respecto del año pasado. Sin embargo, si se compara con la superficie promedio histórica sembrada en Córdoba, la variación es negativa en el 72%.
Los motivos que influyeron en la decisión de siembra de garbanzo fueron el precio y la rentabilidad esperada del cultivo, el pronóstico climático, humedad inicial en el perfil del suelo, rotación, posibilidad de riego y, al igual que en trigo, la necesidad financiera.