Hace siete años, se estimaba que por el Camino del Perú, entre San José y Villa Carmela, circulaban unos 6.000 vehículos por día. Ya entonces se calificaba como “una odisea” la circulación por esa arteria que comunica la zona oeste capitalina y Yerba Buena con Tafí Viejo. Hoy, aunque no se han aportado cifras estimativas de la circulación, se estima que la cantidad de vehículos crece a un ritmo vertiginoso y por ello nuestro título: “El Camino del Perú, cada vez más desesperante”.

Efectivamente, los relatos de los vecinos dan cuenta de bocinazos, frenadas, peleas, cientos de autos a velocidad; imprudencias y choques. Circulan constantemente camiones y ómnibus y también es zona de tránsito de ciclistas, que corren gran riesgo. “Es imposible cruzar. Las personas mayores y los niños se exponen; es un peligro porque los conductores no respetan nada. Desde las 7 de la mañana ya es un caos por la cantidad de autos, motos, bicicletas, camiones, etcétera. Hay un solo semáforo en todo San José y, aunque ponen varitas, solo están en algunos horarios. Vivir aquí es vivir a los sobresaltos”, dijo una vecina.

Cebil Redondo es una de las comunas que más ha crecido en las últimas décadas. La población se incrementó a más del doble. También la cantidad de viviendas en barrios del Estado y en emprendimientos privados. Todo esto hizo que la infraestructura pública sea insuficiente, un problema que se acentuará en los próximos años si tenemos en cuenta que hay más de 10.000 pedidos para nuevos lotes, que por ahora están parados a causa de que no hay garantía de provisión de agua. Es que toda la zona cercana al piedemonte, desde Yerba Buena hasta Tafí Viejo, ha sido centro de un boom inmobiliario que ha generado el intenso tránsito en el Camino del Perú.

El sector más complejo está en San José, sobre todo en los horarios pico, de entrada y salida de a la salida de los escolares. Los vecinos relatan que el tránsito queda atascado. En los semáforos, los vehículos esperan tres y hasta cuatro veces el verde para pasar. La calzada parece demasiado angosta para tanto vehículo embotellado y los varitas no dan abasto. Un comisario relata que en esa zona ocurren unos 15 accidentes por mes.

Hace ocho años las intendencias de Tafí Viejo y Yerba Buena proyectaron una avenida de circunvalación para esta zona, la cual no pasó de proyecto aparentemente por falta de fondos. No hace mucho se planteó otro plan en busca de descomprimir el sector, pero también quedó en espera.

Mientras tanto, la emergencia crece, a tal punto que los conductores buscan salidas alternativas y precarias, como es la circulación por calles urbanas también saturadas, como la también llamada Camino del Perú, que comunica directamente con Lomas de Tafí o bien ruegan que se habiliten nuevas calles entre Yerba Buena y Cebil Redondo, como podría ser, en parte, la extensión de la Fanzolato. Lo que está claro es que urge que se busque una salida integral para un problema que ha crecido a límites “desesperantes”.