La conferencia de la Coalición Panamericana de Biocombustibles Líquidos, que realizó en Buenos Aires el 29 y el 30 de junio dejó nubarrones sobre del futuro de los biocombustibles en la Argentina. Así lo ve el asesor sobre bioenergías Santiago Paz. Del evento participaron expertos afines a la oposición y un referente del precandidato presidencial del oficialismo.
Durante el encuentro el subsecretario de Hidrocarburos, Federico Bernal, del equipo de Sergio Massa, contradictoriamente con el marco del evento relativizó la importancia de la lucha contra el cambio climático para justificar la promoción del GNC que descarboniza entre 3,5 y 4,7 veces menos que los biocombustibles líquidos disponibles en el país. También justificó la política nuclear de la Argentina, que si bien puede considerarse excelente fuente de energía, respecto de la biomasa requiere gigantescas inversiones y plazos de ejecución cinco veces mayores.
El principal anuncio de Bernal fue la disposición de ir aumentando 1% anual el mix obligatorio de bioetanol en naftas, hasta alcanzar un 22% hacia 2035. Pero no mencionó el instrumento legal para implementar tal política que, por otro lado, contradice el proyecto de ley y los planes de movilidad sostenible del actual Gobierno.
Tampoco aludió a las propuestas oficiales para poner fecha de caducidad de los motores de combustión interna el 31/12/2040, que movidos con biocombustibles tienen emisiones muy inferiores a los que emplean GNC; e incluso a la electromovilidad a baterías -costosa y altamente demandante de inversiones en infraestructura-, tan promovida desde el oficialismo.
“En cuanto a los expertos afines a la oposición, preocupa que el eje de su discurso giró en torno de la promoción de políticas basadas en la libertad de precios y/o de mercados”, dijo Paz. Agregó que pidió precisiones sobre lo que entendían por “precio libre”, y si estos solo se referían a los costos de obtención de las energías fósiles/biocombustibles, o sí también tenían en cuenta los costos de remediación de los daños y efectos ambientales causados por las emisiones. “Mauricio Roitman respondió que deben contemplarse mediante impuestos a las emisiones de carbono que en el tiempo converjan con los costos de remediación”, recordó Paz.
Destacó que la medida 19 del apartado sobre transición energética -única referencia a los biocombustibles en el Plan Nacional de Adaptación y Mitigación del Cambio Climático- condiciona la adopción de los biocombustibles al abastecimiento a precios competitivos, el fortalecimiento de la balanza comercial, el desarrollo regional y compatibilizando la demanda de combustibles líquidos con la capacidad de refino y la oferta de insumos agrícolas.
“La cuestión pasa por definir qué se considera ‘precio competitivo’, ya que los hidrocarburos fósiles -que los biocombustibles de carbono neutro complementan o sustituyen- están prácticamente exentos de la obligación de recaptura y fijación de las emisiones que vuelcan a la atmósfera”, dijo Paz.
“Resulta clave saber si se contemplarán los verdaderos costos de recaptura y fijación en los precios de referencia, dada la escasa e incierta extensión en el tiempo prevista para el corte obligatorio. Es inviable el desarrollo de cualquier mercado voluntario que no contemple la debida compensación de los efectos ambientales, factor crucial para que pueda darse una competencia equilibrada a precios libres entre las variantes fósiles y las renovables de carbono neutro, en especial en los períodos que se establezcan para alcanzar la convergencia”, agregó.