“Exigimos estudiar en condiciones”, “queremos un techo que nos proteja”, “¿para qué uso paraguas afuera si también llueve adentro?”. Con consignas en carteles y con instrumentos musicales, alumnos de la Escuela Normal hicieron ayer una sentada frente a la institución para pedir mejoras a nivel edilicio. La convocatoria se hizo por las redes sociales, como protesta frente a los problemas que algunas aulas enfrentan: por las filtraciones del agua en los techos, en los cursos llueve, hay grietas y hay agujeros. Y también se ha desprendido parte de la mampostería, adviertieron los alumnos.

“Exigimos una educación de calidad y estamos exhaustxs de ser ignoradxs (sic). Queremos un espacio apto y en condiciones para aprender”, explicaron en un posteo con el que difundieron la convocatoria. “Esto comenzó en marzo, con el inicio de las clases, en época de lluvias; había goteras, se hicieron agujeros en el techo e incluso cayeron escombros. Encima, el piso es de madera y se pudre muy rápido. Yo estuve en uno de esos cursos; llegábamos al aula, ponías la carpeta sobre el banco y estaba todo mojado... Un día tuvimos que tener clases en un pasillo; a los cursos más afectados nos movieron a otros espacios que no están adaptados para ser cursos”, contó a LA GACETA Alejandra Castillo, presidenta del centro de estudiantes de la escuela.

La situación les preocupa, porque no sólo les afecta a ellos, sino también perjudica el aprendizaje de otros estudiantes. “Hay alumnos que tienen clases en el laboratorio de biología, y eso no permite que otros chicos vayan a experimentar. Además, no tienen bancos, utilizan mesones y se hace más difícil prestar atención”, aseguró la estudiante.

Planteos

Y por esa razón se hizo la sentada conjunta. Cientos de alumnos -de diferentes niveles- se ubicaron frente a la entrada de la institución. “Venimos a protestar pacíficamente porque los techos de varios cursos no están en condiciones. Hay escombros, humedad y agujeros en el techo; muchas veces ya cayeron restos de techo sobre las cabezas de algunos chicos y nadie hace nada para arreglarlo”, consideró Lucía Cecchini y alertó: “el deterioro viene desde hace varios años. Esto nos afecta a todos, no sólo a los cursos con problemas en el techo. Hay problemas en las chapas, que están en mal estado; esto podría derrumbarse en cualquier momento”.

“Estamos siendo ignorados cuando buscamos soluciones”, “queremos estudiar con dignidad”, “se llovía el techo y nos dijeron que abramos los paraguas”, son sólo algunas de las frases que llevaron los estudiantes. Y son muy ciertas -indicaron-. Alejandra comentó que la experiencia no fue nada agradable: “era feo, nos sentábamos en filas de a 8, era incómodo movilizarse porque teníamos que agruparnos en una parte del aula, y era peligroso en caso de que hubiese una emergencia -reflexionó-. Una vez, nos quejamos de las goteras y alguien del colegio nos dijo que usemos paraguas”.

A pesar de los incesantes pedidos, no hubo respuesta de las autoridades, hasta ahora. “Nadie apareció hasta hoy para ver qué estaba pasando en la escuela. Recién hoy llegó gente del Ministerio porque vieron las publicaciones”, aseguró la alumna Morena Narvaja.

Respuestas

Lo cierto es que los reclamos fueron escuchados; algunas quejas, relacionadas a otras dificultades edilicias, datan de 2013, según indicaron los estudiantes. “La situación ya está encaminada, pero los alumnos ya habían organizado esto. Esta mañana (por ayer) tuvimos una reunión con representantes del Ministerio de Educación y ya se fijó un plan de obras. Lo que pasa es que este es un edificio antiguo, que tiene problemas en las chapas, nada más que este año se ha agudizado por la entrada de agua. Empezó a filtrarse en dos cursos (los alumnos dicen que son tres) y eso produjo los demás problemas”, explicó a este medio Norma Aída Campos, vicerectora de la escuela.

Las tareas de reparación comenzarán el 3 de julio. Habrá trabajos en los techos y en los desagües. “El objetivo es recuperar la habitabilidad de los dos cursos, con arreglo del cielorraso y con pintura. Esa será la primera etapa; luego, hay que hacer un cambio total de chapas de ese sector, y en tercera instancia vamos a trabajar con las grietas. Todo eso supone una gran inversión de parte del Ministerio. Acordamos que la cooperadora preste algunos recursos, pero el fuerte, de materiales y de provisión de mano de obra, va a correr por parte del Ministerio”.

La docente comentó que hubo charlas previas con las autoridades por estas dificultades edilicias, pero que faltaba “alguien que asuma la tarea de decidir qué se va a ejecutar”. Y eso es lo que se terminó de confirmar ayer.

Más quejas

Además de las dificultades en las instalaciones, los chicos se manifestaron ante una incertidumbre que los preocupa. “Hace más de un año no tenemos rector”, advirtió Alejandra. Quien está a cargo del rectorado desde mayo 2022 es Campos. “Hemos tenido conversaciones con directivos de primaria, de secundaria y de la Secretaría de Estado para el nombramiento de un rector, que todavía no llegó”.