Protegernos del frío no solo implica usar abrigo al salir a las calles; también hay que cuidar el órgano más grande que tenemos en el cuerpo: la piel. En esta época debemos modificar algunos recaudos y nuestra rutina facial para evitar el resecamiento o manchas irreversibles.

Expertos dan cinco consejos para prevenir el cáncer de piel

Para evitar ambas consecuencias lo esencial es la hidratación antes y después de salir al exterior. De preferencia con cremas que incluyan vitamina C o D, prebióticos u Omega 3.

“El frío y los cambios abruptos de temperatura entre espacios calefaccionados o al aire libre provoca un desequilibrio en la barrera natural de protección de nuestra piel y la vasoconstricción de los capilares. El resultado es un cutis súper seco y apagado que requiere de una mayor presencia de agua”, indica la médica dermatóloga Marisa Díaz.

Cuál es el fruto que aporta energía, mejora la piel y combate las enfermedades de los huesos

Como si eso no bastara, la baja temperatura incentiva la aparición de dermatitis atópica, psoriasis y rosácea. “Para atenuar las irritaciones y descamaciones es preferible limpiarnos la cara con agua tibia y productos micelares o termales; todos ellos recomendados para pieles sensibles e hipoalergénicos. Al finalizar, tampoco hay que olvidarnos del protector solar y algún bálsamo para los labios. En la ducha, tampoco tenemos que abusar del agua caliente”, prosigue.

De notar alguna inflamación extraña o prolongada en la zona de los cachetes, nariz y ojos, se sugiere consultar con un profesional para que nos recete algún dermocosmético específico.

“En ocasiones no basta con una buena hidratación pare dejar de notar roja la cara. Si la sensación dura al menos tres días y no disminuye es probable que haya alguna bacteria o microorganismo que tengamos que atenuar”, destaca.

A tomar nota

Pese a los recaudos, el invierno tiene su costado bueno. La constante exposición solar, sumado al paso de los años, hace que nuestro cutis luzca opaco y con una textura rugosa. Por eso, ahora hay que aprovechar para hacernos intervenciones que mejoren las rojeces, arrugas y cualquier huella de antiguos granitos.

“La mayoría de estos tratamientos médicos o estéticos requieren que evitemos luego la exposición solar porque podría causarnos una hiperpigmentación postinflamatoria (lo cual implica que aparezcan nuevas manchas). Además, el sudor afecta a veces la cicatrización de la piel o aumenta los riesgos de que aparezcan infecciones”, comenta la cosmiatra Elena Leguizamón.

Entre los tratamientos más efectivos aparecen las limpiezas faciales profundas, con ultrasonido o láser. Tecnologías así penetran en la dermis para eliminar las impurezas y las células muertas. Usualmente, esta clase de procesos se sugieren con cada cambio de estación.

“Otra opción es la luz pulsada intensa (IPL) pensada justamente para el envejecimiento cutáneo, las arrugas de expresión y los poros. Sus efectos hacen que sea imposible emplearla en pieles bronceadas”, aporta.

Los peelings químicos son otro ejemplo. Hasta que las capas de piel que quitamos se regeneran nuestro cutis se reseca el doble y pierde su capacidad de aislamiento; como resultado somos propensos a la aparición de bacterias malas o lastimaduras por la contaminación ambiental o el viento.

Por otra parte, hay productos dermocosméticos -cómo sérums o bálsamos hidratantes- que funcionan mejor sobre la piel fría.

Para el cuerpo

La depilación definitiva con láser o luz pulsada también tiene sus pros durante la temporada estival ya que ambas tecnologías producen fotosensibilidad.

“Hasta conseguir la destrucción total o parcial de los folículos pilosos, el o la paciente necesita programar varias sesiones con un especialista. En general, eliminar el vello del cuerpo (por ejemplo, de las piernas, brazos o axilas) lleva de seis a ocho sesiones; mientras que en la cara el número aumenta”, explica.

El problema pasa por los intervalos que requerimos entre cada visita. “Iniciar el proceso de depilación en invierno va a permitir que, cuando llegue diciembre o enero, hayamos alcanzado el resultado deseado y logremos usar musculosas, shorts o bermudas sin preocuparnos demasiado”, acota Leguizamón.

A partir de junio la profesional asegura que también aumentan los turnos para liposucciones y eliminación de varices.

“El principal propósito de la lipo es atenuar la celulitis o la grasa localizada (en la cintura, brazos, abdomen, muslos, etcétera) y modelar el cuerpo. En este caso, resulta preferible hacernos el tratamiento en invierno para ocultar mejor las incisiones y evitar que las prendas de compresión nos molesten demasiado o produzcan pliegues húmedos. Lo mismo pasa con la supresión de varices el frío vuelve más soportable la indumentaria postoperatoria”, agrega la dermatóloga.

Mitos: estética y videos virales de tiktok

Desde hace un par de meses, en TikTok aparecen videos en los cuales se hacen reseñas o muestran unas pequeñas heladeras pensadas para cosméticos (#beautyfridge). Estos sistemas prometen preservar nuestros productos de belleza y presentarlos de una manera más estética. ¿Son verdaderamente útiles? La respuesta es no. Para salir al mercado, los cosméticos deben antes validar su calidad y la estabilidad de sus compuestos. Las fórmulas tienen que resistir a la temperatura ambiente sin perder eficacia ni cambiar de textura. Por lo tanto, meterlos en el refrigerador no suma ningún beneficio; a menos que así lo sugiera el fabricante o se trate de marcas cosméticas 100 % orgánicas.