“Pese al enorme dolor que sienten, ellos están fuertes, esperando una mejoría. Los padres sólo quieren saber la verdad de lo que sucedió. Eso es todo”, aseguró Joaquín Olaizola, el abogado que asumió la querella de los padres del bebé de 10 meses que agoniza después de haberse ahogado por descuido de una niñera.
El viernes 9 de junio, los padres del pequeño dejaron su departamento de Barrio Norte para dirigirse a sus trabajos. Dejaron a su niño en manos de Graciela Margarita Parientes (41), a quien habían contratado en febrero para que realizara esta tarea.
Entre las 9.30 y 10 de ese día, la niñera decidió bañar al pequeño. Colocó agua en una bañadera y se retiró del lugar dejando al bebé solo. Cuando regresó descubrió al niño sumergido. Según la investigación, Parientes comenzó a gritar desesperadamente. Una vecina, al sospechar que algo malo estaba pasando, avisó al portero. El trabajador fue hasta ese lugar y se dio con la novedad.
El trabajador declaró que vio a la niñera cargando al bebé envuelto en una toalla sin reacción. Corriendo, lo llevaron al Hospital Néstor Kirchner, el más cercano al domicilio donde se registró el caso. “Allí lo atendieron dos anestesistas y un cirujano porque vieron que no tenía signos vitales. Luego se sumaron más profesionales y durante 18 minutos le hicieron tareas de reanimación. Cuando lograron hacerlo volver, en una ambulancia lo trasladaron al Hospital de Niños”, relató Olaizola.
Los médicos y un tío del niño, reconocido neurólogo infantil de la provincia, lo atendieron. Le diagnosticaron lesiones cerebrales severas que serían irreversibles. “Pese a todo, los padres están en el hospital todo el tiempo acompañándolo y rogando por su pronta recuperación. También están al tanto de que en todo el país se están haciendo cadenas de oración por él y agradecen infinitamente ese gesto”, agregó el querellante.
Sospechosa detenida
“Al tomar conocimiento de que los responsables de los hospitales no habían informado el hecho, el viernes nos presentamos ante la Justicia y presentamos la denuncia. Por eso pedimos que esta situación no pase por alto y al mismo tiempo nos preguntamos: ¿cuántos casos más como este hubo?”, señaló el abogado querellante.
El expediente quedó en manos de la fiscala María del Carmen Reuter. Tomó la denuncia, envió al Equipo Científico de Investigación Fiscal (ECIF) y entrevistó al portero del edificio. Encontró suficientes indicios y solicitó la detención de Parientes, planteo que fue aceptado por un juez. Personal de la división Delitos contra las Personas, al mando de los comisarios Yolanda Álvarez, Juana Estequiño y Jorge Dib, la detuvo cuando salía de una casa donde cuidaba a otra persona. Antes la habían buscado sin éxito en dos lugares, uno de ellos, el domicilio que ella había aportado a sus empleadores.
El lunes se desarrolló la audiencia en contra de la mujer. La auxiliar fiscal Andrea Carlino la acusó de abandono de persona agravado y pidió que se le dictara la prisión preventiva por 30 días, ya que consideró que la sospechosa podría escaparse y entorpecer la investigación que apenas está iniciándose. Olaizola apoyó el planteo y la jueza Lorena Rocha aceptó parcialmente el pedido, ya que ordenó que Parientes siga detenida por 20 días. El defensor, César Marcelo Cisneros, que se había opuesto a la medida cautelar, impugnó el fallo.
En la audiencia, la acusada, amparándose en sus derechos y por recomendación de su defensor, decidió no declarar. Parientes, que se mostró firme, sólo habló para aclarar que sus patrones sabían que había cambiado de celular por temor a ser víctima de una estafa virtual.
La investigación
Esclarecer el caso no será sencillo. En el departamento donde ocurrió el hecho sólo se encontraban la mujer y el niño. No hay testigos directos que puedan relatar lo que había sucedido. Sin embargo, hay varias cuestiones que serán analizadas para poder llegar a la verdad de lo que sucedió.
Uno de los puntos que no están claros es la versión que dio la mujer. Señaló que ella dejó al niño solo para cambiarse la toallita femenina en otro baño de la habitación. ¿Por qué no lo hizo en el lugar donde estaba el pequeño? Esa es una pregunta que todavía no tiene respuesta.
Pese a que los progenitores todavía no declararon oficialmente en la Fiscalía, en el expediente quedó en claro que sus empleadores le habían ordenado en reiteradas oportunidades que no lo bañara, puesto que ellos personalmente lo hacían en una especie de ritual familiar desde su nacimiento. ¿Por qué lo hizo y a menos de tres horas de que sus padres lo dejaran a su cuidado? Este es otro interrogante que no tiene respuesta.
Otro de los puntos a determinar es cuánto tiempo estuvo el pequeño sumergido. “Ese punto no está claro, pero los médicos nos indicaron que tenía mucha agua en los pulmones, lo que podría significar que estuvo varios minutos”, sostuvo Olaizola. Fuentes judiciales confirmaron que la fiscalía entrevistará a los médicos que atendieron al pequeño para determinar si ellos pueden precisar el tiempo por las lesiones que sufrió.
Parientes, según se supo en la audiencia, tenía experiencia en el cuidado de personas. “No sabemos nada sobre cómo era ella en otros trabajos. Por eso solicitamos a las personas que puedan aportar datos lo hagan para que se sepa lo que realmente pasó”, comentó el representante legal de la familia.
Hay dos pericias que pueden ser claves en el caso: los exámenes psicológicos y psiquiátricos a los que será sometida la acusada. “Para nosotros son pruebas claves para determinar cómo pudo haber desplegado esa conducta”, finalizó Olaizola.