La inhabilidad de Alberto Fernández para gestionar como Presidente de la Nación y conductor del PJ llevó innecesariamente a tener que dinamitar el FDT, excluyendo al PJ de las boletas electorales, e iniciando una disputa interna con un sector que falazmente amenazó con judicializar el conflicto interno, buscando una participación, que no podría validar en las urnas. La mala gestión del Presidente, y el inexplicable chantaje puede hacer realidad el inicio del fin del peronismo (“En Riesgo de Extinción”, LA GACETA, 21/4/23) una fantasía largamente soñada por el liberalismo y las interrupciones constitucionales. Excluir al peronismo no solamente de las boletas electorales, sino también de la memoria de una generación, que ofrendó su vida por un peronismo liderado por dirigentes, imbuidos de lealtad y militancia, que en 78 años de vivencia, se impuso en el 70% de las contiendas electorales del País, es arrancar una página importante de la historia política Argentina. La fuerza y la homogeneidad del Movimiento creado por Juan Domingo Perón desalojo del poder en dos oportunidades a las dictaduras y enfrentó en igual número a las crisis institucionales, sin entregar nunca el patrimonio nacional. Borrar el recuerdo de los máximos líderes políticos de la historia Argentina, como lo fueron Perón y Eva Perón, es sepultar 78 años de historia; silenciar una marcha partidaria, que fue el himno de batalla en cientos de contiendas políticas, es quitarle la alegría a quienes con los sones de la Marcha Peronista, disfrutaron por décadas el ser un pueblo feliz; es empujar al ostracismo el sacrificio, hasta la muerte, de miles de compañeras y compañeros, que ofrendaron su vida en defensa de la democracia y el peronismo; es faltarle el respeto a sus familiares; es borrar de la mente de los trabajadores los beneficios sociales que el peronismo, durante 78 años les garantizó. Con la sigla de Unión por la Patria no será fácil, en menos de cuatro meses persuadir a un pueblo que durante casi ocho décadas votó al PJ. Para finalizar considero, que era mucho más fácil y acertado, que el Presidente presentase la renuncia, antes que faltarle el respeto a la historia y a los mártires del movimiento.

José Emilio Gómez

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