ENSAYO

UN NUEVO PARADIGMA PARA COMPRENDER EL MUNDO DE HOY

ALAIN TOURAINE 

(Paidós – Buenos Aires).

En una época en que la complejidad del mundo alcanzó niveles insospechados, es una tarea ardua reflexionar e imaginar líneas de acción en un sentido más creador que destructivo. Sin embargo, no son pocos los intelectuales y las conciencias reflexivas que con rigor y disciplina ofrecen lecturas que contribuyan al debate. Con una mirada preocupada pero también refrescante buscan limitar esa ausencia de sentido que, a menudo, amenaza a los ciudadanos modernos; y es también esa mirada la que los transforma, en ocasiones, en vigías del presente y en guías de un mundo posible. Entre ellos vale citar a Alain Touraine, sociólogo nacido en Francia en 1925, y profesor en la Universidad de París-Nanterre, además de director de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales y uno de los representantes más prolíficos del pensamiento sobre las sociedades contemporáneas.

En Un nuevo paradigma para comprender el mundo de hoy, postula como eje de su reflexión que durante siglos se describió y se analizó la realidad social en términos políticos, como el desorden y el orden, la paz y la guerra, el poder y el Estado, entre otras categorías. Cuando la revolución industrial y el capitalismo aparecieron como base de la organización social, se pasó de un paradigma político a uno económico y social. Fue entonces cuando clases sociales y riqueza, burguesía y proletariado, sindicatos, estratificación y movilidad social surgieron como nuevas y estimulantes categorías de análisis. No obstante, en la actualidad, estamos ante la necesidad de un nuevo paradigma porque aquellas nociones ya no pueden explicar una parte importante de las experiencias del sujeto contemporáneo.

En ese sentido, es necesaria la instauración de otro paradigma, el cultural. El argumento de Touraine es que “debemos situarnos en ese nuevo paradigma para ser capaces de nombrar los actores y los nuevos conflictos, las representaciones del yo y de las colectividades que descubre la nueva mirada que hace aparecer ante nuestros ojos un paisaje nuevo”. En la primera parte de la obra, el autor describe el fin de lo social y retrata fenómenos de descomposición y resocialización que marcan el tránsito al siglo XXI. En la segunda, tiene en cuenta las categorías del nuevo paradigma que, de acuerdo con su enfoque, es preciso instalar: el sujeto y los derechos culturales.

En todo el desarrollo, el autor ve la globalización como una expresión límite del capitalismo al separar la economía de las instituciones sociales y políticas. Eso trae como efecto la fragmentación de la sociedad tradicional y las categorías para pensarla, y además el triunfo del individualismo. Por eso en el nuevo paradigma las categorías culturales deben ensamblarse con los derechos políticos y sociales, y esta reivindicación pone en el centro de la escena y de la dinámica social, entre otros, a la familia y las instituciones educativas. En este y en otros puntos el libro constituye un aporte valioso por la riqueza del diagnóstico, así como por la originalidad y el carácter polémico de la propuesta de sus postulados para un nuevo orden.

(c) LA GACETA

*Publicado originalmente en este suplemento en 2006.