La noticia es que Sergio Kaleñuk quedó cerca de ser enjuiciado por encubrimiento en el crimen de Paulina Lebbos. Pero es mucho más importante que el fiscal Carlos Sale al pedir que enfrente a un tribunal, dejó al descubierto una vez más una trama que da indicios de por qué este femicidio sigue impune. Una trama en la que el poder político, las intrigas, la corrupción, la mentira y el vínculo de funcionarios con la barra brava de Atlético todo lo pueden.

Sale elaboró la siguiente teoría del caso. La joven, después de haber dejado a su amiga Virginia Mercado en su departamento de barrio Sur el 26 de febrero de 2006, se dirigió en un remise hacia la casa de su pareja, César Soto (imputado por el crimen), ubicada en Estados Unidos al 1.200.

En el interior de la vivienda, por razones que se desconocen, el joven inició una discusión con Paulina. Luego la tomó del cuello con sus manos y la ahorcó hasta provocarle la muerte por asfixia.

El fiscal sostuvo que Soto, después de haber cometido el crimen, llamó a Kaleñuk, a quien conocía por la relación que mantenían por Atlético, tanto para deshacerse del cuerpo de la víctima como para obtener impunidad. De esa vivienda, llevaron el cadáver hasta un lugar a la vera de la ruta que conduce a Tapia, donde fue hallado el 11 de marzo de ese año. Luego, llevó a Soto hasta su casa y de allí se dirigió hacia el estadio de Central Córdoba, donde se realizaba la venta de entradas para el clásico tucumano que se disputó ese día.

Sale también sostuvo que hizo eso “con el fin de fijar una coartada en caso de ser necesario, manteniendo comunicaciones desde su teléfono celular con el subjefe de policía, Nicolás Barrera, como también con su padre, Alberto Kaleñuk. Que una vez en el lugar se deshizo del celular de Paulina Alejandra Lebbos con el fin de eliminar todo rastro de su accionar criminal”.

Círculos

El fiscal, para sostener la acusación en contra de Kaleñuk ,realizó la siguiente apreciación: “para comprender mejor las evidencias e hipótesis que vinculan a Kaleñuk con la desaparición y muerte de Paulina, podemos hablar de distintos círculos concéntricos que fueron surgiendo desde el momento mismo de la investigación hasta la presente requisitoria”.

Entre otros puntos, Sale señaló:

- Las comunicaciones que realizó el acusado el 26 de febrero desde las 9.38 hasta las 10.38 fueron tomadas por la misma celda que captó la consulta de saldo que se realizó desde el celular de Paulina.

- Durante el segundo juicio quedó en claro que el imputado era dirigente de Atlético y, según sus dichos, el 26 de febrero estaba encargado de la venta de entradas para el clásico tucumano que se disputaría esa tarde. Pero otros testimonios pusieron en duda sus dichos, ya que el responsable de esa tarea era Daniel Paz, también vinculado al alperovichismo.

- El imputado mantuvo ese día 172 comunicaciones con el jefe de Policía, Hugo Sánchez, y Barrera y el secretario de Seguridad, Eduardo di Lella, todos condenados por haber encubierto el crimen.

- En el segundo juicio se confirmó que Barrera recibió un llamado donde se le informó que el padre de la joven, Alberto Lebbos, había denunciado su desaparición. Minutos después, el subjefe de Policía llamó tres veces a Kaleñuk para informarle de esa situación.

SOSPECHA. Sale cree que el acusado ayudó a trasladar el cuerpo.

- Hubo una intención del poder político de hacer responsable del crimen al clan Acevedo del crimen de la estudiante. Descubrieron contactos de Gustavo “El Gordo” González, líder de “La Inimitable” (la facción más poderosa de la barra brava “decana”) con la Casa de Gobierno y con el propio Kaleñuk.

- González, durante el debate, reconoció que tenía fluidos contactos con el imputado, ya que era él quien gestionaba la entrega de entradas para la barra brava y el dinero para la organización de viajes. También señaló que conocía a Soto y que tuvo un problema porque la ex pareja del estudiante le había robado una camiseta a su hijo.

- El acusado, el día de la desaparición de Paulina, mantuvo conversaciones con su padre, Alberto Kaleñuk, que en esos momentos era el secretario privado del ex gobernador José Jorge Alperovich y que con anterioridad se había desempeñado como secretario de Seguridad de la provincia.

– En el debate también surgió que Alberto Kaleñuk le entregó 200 dólares al comisario Francisco Picón (renunció a su cargo de subjefe de Policía durante el segundo juicio) para que realizara una investigación sin sentido en Salta.

- Para Sale no es un detalle menor que tanto Sergio Kaleñuk como Soto hayan ingresado a trabajar en la Legislatura.

La segunda vez

El fiscal Diego López Ávila, en su solicitud de elevar la causa a juicio por la desaparición y el crimen de Paulina, había pedido el sobreseimiento de Kaleñuk por encubrimiento, al considerar que no había pruebas en su contra. El ya retirado juez de instrucción Víctor Manuel Pérez no aceptó el planteo, por lo que debió resolver la discrepancia Sale, que en esos momentos era fiscal de Cámara. Y su opinión era que no había elementos para acusarlo de ese delito, por lo que quedó sobreseído. Sin embargo, en su resolución destacó que tenía la esperanza de que en las audiencias surgieran elementos para que se descubriera la verdad. Y eso es lo que sucedió.

El acusado formaba parte de lo que se conoció como la teoría de “Los hijos del poder”, donde además de él, aparecían mencionados Gabriel y Daniel Alperovich, los hijos del ex gobernador. Según esa línea, habrían participado de una fiesta en la que se encontraba la estudiante y donde fue asesinada. A los mencionados se les extrajeron muestras para hacer una comparación genética con algunas pruebas que se recolectaron en la investigación. Pero ese examen no pudo realizarse, ya que los elementos recolectados no fueron preservados correctamente y no había manera de realizarlo. El ex fiscal Carlos Albaca fue condenado a seis años de prisión por este y otros errores que cometió cuando estuvo al frente de la causa.

Los jueces Carlos Caramuti, Dante Ibáñez y Rafael Macoritto, en la sentencia del juicio dictada en febrero 2019, en el que no se condenó a nadie por el femicidio, solicitaron que sean investigados Soto (ex pareja de la víctima), Kaleñuk, Esteban Gómez (hermano de Luis Gómez, el único que llegó acusado por el crimen pero fue absuelto) y Ernesto Atim (vendedor de celulares que habría tenido el teléfono de la víctima). A más de cuatro años de ese fallo, el hijo del ex funcionario alperovichista quedó más cerca de ser enjuiciado, pero hay varias instancias por recorrer para que se siente en el banquillo de los acusados durante un debate.

César Soto

La pareja de Paulina ya fue imputado por el femicidio de Paulina. Según el fiscal Carlos Sale la mató en su casa el 26 de febrero y luego le pidió ayuda a Sergio Kaleñuk para deshacerse del cuerpo y pedir ayuda para que el caso quedara impune. Se desconoce el estado del proceso en su contra.

Gustavo “Gordo” González

El fiscal sostiene que el poder político había decidido apuntar al clan Acevedo como los autores de la desaparición y el crimen de Paulina. El líder de La Inimitable tenía estrechos contactos con el acusado por la entrega de entradas y dinero para viajar. Fue imputado por falso testimonio.

Alberto kaleñuk

El secretario privado de Alperovich y secretario de Seguridad de la provincia, según la acusación, realizó varias maniobras para encubrir a su hijo. Desde mantener contactos con funcionarios del área hasta entregar U$S200 a un comisario para que iniciara una investigación en Salta. Falleció años atrás.

Daniel Paz

El chofer de Alperovich y dirigente de Atlético intentó proteger al acusado de encubrimiento durante el segundo juicio de la causa. Supuestamente, él era el responsable de las ventas de entradas para el clásico y no Kaleñuk. Por haber fallecido, no podrá afrontar los cargos de falso testimonio que le dictaron.

Nicolás barrera

El ex subjefe de Policía fue el funcionario policial que más habló con Kaleñuk el día en el que fue asesinada Paulina. Según el fiscal Sale, fue la persona que intentó avisarle al acusado que el padre de la joven había denunciado su desaparición. La Justicia lo condenó por su participación en el caso.

De la defensa: “La acusación no se condice en absolutamente nada con la prueba que hay en la causa”

“Es la primera vez que me toca ver una macabra acusación que no se condice en absolutamente nada con la prueba que hay en el expediente”, resumió Patricio Char, defensor de Sergio Kaleñuk. “Cuando digo nada me refiero a que si bien sabemos que Paulina fue asesinada, no podemos decir bajo ningún aspecto que (César) Soto cometió ese crimen. Ni siquiera hay prueba que sostengan que él podría haberlo hecho”, añadió.

“Soto, pese a las profundas investigaciones, nunca fue enjuiciado por el crimen. Mucho menos podemos decir que alguien colaboró con él para ayudar a esconder un cadáver es una aberración jurídica”, sostuvo Char en una entrevista con LA GACETA.

“También es insólito que un fiscal que años atrás lo sobreseyó por encubrimiento, hoy lo esté acusando del mismo delito y con la misma prueba”, destacó el defensor.

“Siento pena por Soto, por Kaleñuk y fundamentalmente por las víctimas. No se les está diciendo la verdad, se les está mostrando una realidad que no lo es. Detrás de esa ficción hay una persona que está siendo sometida a un proceso por casi 18 años consecutivos. Estamos destruyendo a tres familias con este caso y esto debe finalizar de una vez por todas”, finalizó Char.

Condenas que no quebraron la impunidad

En diciembre de 2013, fueron condenados el comisario Enrique García, el oficial Manuel Yapura y Roberto Lencina por encubrimiento.

En febrero de 2019, también por encubrimiento, fueron condenados Eduardo di Lella, Hugo Sánchez, Nicolás Barrera, Héctor Brito y Waldino Rodríguez.

El ex fiscal Carlos Albaca se transformó en el noveno condenado por encubrimiento por la desaparición y el posterior crimen de Paulina.

La Justicia continúa investigando a más de 20 personas por el mismo delito. Entre ellos aparece el ex gobernador José Jorge Alperovich.

Están cerca de ser enjuiciados Sergio Kaleñuk por encubrimiento y César Soto por el crimen de la joven estudiante universitaria.