Alejandro Petrossián (el personaje que interpreta Guillermo Francella) es un experimentado piloto aeronáutico. Amante de su profesión, esconde un secreto: padece una condición médica que implicaría su retiro inmediato de las cabinas de todo avión. Los Servicios de Inteligencia descubren su problema y muy pronto lo extorsionarán exigiéndole que transporte unas misteriosas valijas en la ruta Buenos Aires-Madrid, sin hacer preguntas. Alerta por el enigmático cargamento que lleva, se sumergirá en un universo de intriga y corrupción que lo pondrá en peligro a él y a los que ama, mientras intenta escapar con vida a cualquier precio.

Luego de su paso por los cines, “La extorsión”, el thriller argentino que obtuvo rápidamente el éxito comercial se sumó al catálogo de la plataforma de HBO Max. La referencia de su repercusión en las boleterías no es casual: “en el cine argentino es muy difícil llevar gente a las salas, y esta película ya pasó los 400.000 espectadores, eso es casi un milagro”, sostuvo Pablo Rago -coprotagonista del filme- en una entrevista con LA GACETA.

Lo más llamativo de la película es el género. En la producción audiovisual nacional no estamos muy habituados a ver thrillers policial y en este sentido el director, Martino Zaidelis, hizo un gran trabajo mezclando elementos diversos con un solo fin: mantener la atención del espectador durante casi dos horas, objetivo que lo logra.

Para llegar a esto la primera clave es el antagonista de Francella, en este caso Rago. “Este rol debe ir contra lo que el protagonista tiene que luchar. Puede ser algo externo o interno, pero un conflicto siempre habrá que resolver, y eso es lo que mantiene al espectador con interés”, sostiene Zaidelis.

“Uno vive las emociones que transitan los personajes mientras sucede la historia. Y si suceden cosas inesperadas, más emoción aún porque uno se va moviendo como en una montaña rusa, viviendo el drama, la comedia o el género que sea con mucha intensidad”, explica el director en referencia a los giros narrativos de los personajes.

El cine es la construcción entre la actuación y la técnica, algo muy importante en un thriller en donde el tratamiento de los planos es fundamental para construir el suspenso necesario. “Trabajar en espacios reducidos siempre es un problema pero en el caso de ‘La extorsión’ era una necesidad. Poder filmar en un avión real es muy costoso, pero esta película lo necesitaba porque contábamos la historia de un piloto. Si no se ve la cabina, cualquier espectador se decepciona. ¡O yo como director me hubiese decepcionado!”, detalla Zaidelis.

Y agrega: “Por suerte la producción consiguió todo lo que se necesitaba para poder hacer de esta historia algo grande. Mientras mejores sean las locaciones, y resulten visualmente interesantes, mejor será la película. En nuestro caso, filmar en los aeropuertos de Ezeiza y de Madrid hacen que la película sea más verosímil y aporta mucho a lo que se ve en pantalla”.

El sonido y la iluminación son elementos fundamentales para que se genere el efecto deseado en el espectador. En palabras de Martino: “con la fotografía uno puede crear los climas de cada escena y marcar el tono que necesita cada momento de la historia. La luz es la herramienta expresiva que no solo permite ver lo que sucede en la trama sino que es una decisión artística de cómo quieren el director de fotografía y el director de la película que los espectadores perciban su realización y lo que experimentan los personajes en la historia que se narra”.

El elenco

El director asegura que los personajes tienen que tener rasgos que los hagan interesantes, queribles en algunos casos, odiables en otros. Siempre deben tener un motivo de ser dentro de una historia y cumplir un rol. “Es muy importante tanto el personaje como el actor o la actriz que lo interprete. Es casi lo mismo que un guión y una película filmada. Es la teoría y la práctica. Uno puede construir un personaje en el guión que sea adorable y tal vez el actor que lo interpreta por algún motivo u otro no consigue serlo”, describe.

En este sentido, la selección del elenco (aparte de Francella y Rago también están Andrea Frigerio, Carlos Portaluppi, Mónica Villa y Alberto Ajaka, entre otros) es una de las cosas más importantes del proceso de preproducción. Según Zaidelis, el 80% de una película es la buena elección de los actores. “El casting es fundamental para que una película cumpla las expectativas que se generaron con el guión. Los actores y las actrices son los responsables de dar vida y construir en conjunto con el director esos personajes que lleguen a los espectadores. Si hay un actor que no funciona bien en una película, es lo primero que salta a la vista” asegura.