Para los argentinos, la elección presidencial de este año se va a dar en el peor contexto inflacionario de las últimas cinco elecciones. En efecto, respecto a la elección de 2007 la inflación se ha quintuplicado. Arrancó con un 21,5% anual en 2007 y hoy está con un 108,8% anual (abril). Habrá que ver cómo va cambiando desde ahora hasta octubre. La expectativa de inflación para el año siguiente también subió en cada uno de los años posteriores a los comicios. Se considera la inflación esperada para el año siguiente al de la elección. También hubo un aumento relevante: desde el 20,6% anual en 2007 al 107,5% anual en la actualidad. Así lo revela un diagnóstico elaborado por el economista Nadin Argañaraz.
La caída de actividad económica que se espera para este año es similar a la que se esperaba para 2019 en ese año. Ambas rondan el 3%. Sin embargo, hay una diferencia importante. Mientras en 2019 se esperaba una caída para 2020 (siguiente a la elección), para 2024 ahora se espera un nivel similar al de este año.
El salario real, aspecto clave para los trabajadores, cayó en los primeros tres meses del año un 4,2% respecto a igual periodo de 2022. En la elección de 2019 hubo una caída del 7,1% en los tres meses previos a octubre. Ahora habrá que ver la evolución que va teniendo el salario real en los próximos meses.
Según el economista cordobés, en las elecciones de 2007, 2011 y 2015 el salario real creció a la par de un crecimiento del nivel de actividad. El mejor contexto lo brindó 2011 con un aumento del salario real del 8,2%. Por ahora, el peor año fue 2019 con una caída del salario real del 7,1%. Habrá que ver qué dinámica tiene el salario real en los próximos meses de este 2023.
Al estar focalizada la mayor parte de la caída de actividad de este año en la gran sequía, abre un escenario muy distinto para 2024. Hasta ahora se espera una recuperación de la economía el año que viene. “Sin sequía y con aumento en la producción de energía y de otros recursos naturales, la economía va a contar con un flujo incremental de dólares que superaría los U$S 20.000 millones y eso es algo altamente probable”, puntualiza el diagnóstico al que accedió LA GACETA.
El aspecto relevante para delinear lo esperable con el salario real tanto en lo que resta de 2023 como en 2024, es el nivel que tendrá la tasa de inflación. Urge la definición de un plan que permita bajar y estabilizar la tasa de inflación. Para el votante resulta clave la credibilidad de las propuestas que existan para bajar la tasa de inflación.
“En la baja de la tasa de inflación se centra hoy la expectativa de una mejora económica que llegue al bolsillo de los trabajadores y también de los jubilados y pensionados. Las propuestas de los diversos candidatos deberán ser concretas respecto a cómo prevén bajar la tasa de inflación y, principalmente, sostenerla en niveles bajos”, remarca Argañaraz.