Llegó a Star plus la serie que todos los argentinos estábamos esperando: “Diciembre 2001”. Basada en el libro del periodista Miguel Bonasso “El palacio y la calle”, que fue adaptado por Mario Segade, la serie relata los momentos más oscuros de la historia argentina reciente.
Lo primero que vemos son imágenes documentales que exponen brevemente causas y consecuencias del conflicto que terminó con la huida en helicóptero del presidente Fernando de la Rúa.
Dirigida por Benjamín Ávila (Infancia clandestina, Nietos) y con la promesa de ser un contundente relato que busca transmitir la complejidad y las implicaciones de la crisis económica y social de ese período, se queda corta en varios aspectos, dejando al espectador con una sensación de descontento.
A lo largo de seis capítulos la serie no tiene un enfoque superficial en lo relacionado a los factores sociales de la crisis pero sí en los políticos y económicos. La trama la lleva adelante Javier Cach (a cargo de Diego Cremonesi), un asesor de la Jefatura de Gabinete que tiene llegada a todos los sectores, es uno de los pocos personajes ficticios de la serie. Él junto a Franco Muschiari (Nicolás Furtado), un asesor del peronismo cercano a Eduardo Duhalde, ponen de relieve el conflicto entre el oficialismo y la oposición.
Como en toda historia basada en hechos reales el elenco y la interpretación son fundamentales y en este caso los actores son talentosos pero no llegan a convencer. Por momentos son poco creíbles, no solo por no ser parecidos sino porque sus motivaciones y acciones parecen estar impulsadas más por conveniencias narrativas que por una construcción sólida de personalidades.
Esto hace que resulte difícil empatizar con ellos y comprender sus decisiones. Sin embargo podemos excluir al personaje de Jean Pierre Noher quien le da vida al presidente Fernando De la Rúa, un hombre que no terminaba de entender la gravedad de lo que sucedía y que estaba convencido de que el salvador era el ex ministro de economía, Domingo Cavallo, el personaje de Luis Machin.
En marzo del 2001 asume como ministro de economía con la promesa de mantener la convertibilidad y no devaluar. Machin nos presenta un ministro descolocado de la realidad, mesiánico y caprichoso.
El actor tucumano Sergio “Negro” Prina interpreta a El Toba, un militante social de un barrio que estuvo en la Avenida de Mayo participando en la protesta y terminó salvándole la vida a Martín Galli, un piquetero que declaró en el juicio contra los responsables de la represión.
La serie presenta altibajos en su ritmo narrativo, lo que afecta la fluidez de la historia. Algunos momentos clave se tratan de manera apresurada, mientras que otros se alargan innecesariamente.
La complejidad de la crisis del 2001 queda por momentos reducida a una serie de estereotipos y clichés del género de thriller político. "Diciembre 2001" desaprovecha una oportunidad importante para ofrecer una mirada crítica y reflexiva sobre uno de los momentos más turbulentos de la historia argentina.