La confirmación de que el cuerpo encontrado en la vivienda de Chacabuco 59 es de Laura Gabriela Picciuto es un avance en la causa. Pero el caso está lejos de resolverse porque quedan muchas dudas por despejar.

Fuentes del Ministerio Público Fiscal confirmaron después del mediodía de ayer que la pericia genética confirmó todos los indicios que venían recolectando en los últimos tiempos. Ahora deberán comenzar a depurar todas las contradicciones que surgieron en las últimas semanas para tratar de establecer qué fue lo que pasó en esa ciudad. Estas son algunas de ellas:

Una golpiza

El 7 de marzo se registró un incidente en la vivienda. Las versiones daban cuenta que Picciuto había mantenido una fuerte discusión con Lorena S., la peluquera que le alquilaba uno de los locales. Los vecinos dijeron que hubo hasta una agresión que fue controlada por los policías que intervinieron por un robo.

La estilista, en una entrevista con LA GACETA, negó haber agredido a “Gaby” y aseguró que sólo se trató de una fuerte discusión.

Sin embargo, una testigo, amiga íntima de la víctima del homicidio, contó otra versión. Dijo que Picciuto la llamó para reunirse y que al verla, descubrió que tenía hematomas en diferentes partes de su cuerpo y que había sufrido la quebradura de varios dientes.

La mujer, cuyo nombre se mantiene en reserva, señaló que la propietaria de la casa le había explicado que había sido agredida por la peluquera y su hija.

La desaparición

La fecha de la desaparición de Picciuto es otro de los temas que genera controversia en el caso. Alfredo Socci y Natalia Liberman, los inquilinos detenidos, declararon que la escucharon -no la vieron- por última vez el 8 de marzo. Explicaron que fue en el marco de una discusión que mantuvo con su pareja Facundo Leonardo Salomón, que se encuentra prófugo.

Pero esa versión se contradice a lo que declaró la hija de “Gaby”. La adolescente le informó al fiscal Carlos Sale que ella intercambió mensajes con su madre el 9 de marzo y explicó que ese día le daba fuerzas porque había desaprobado un examen.

En el expediente también figuran dos versiones diferentes sobre cuál podría haber sido su destino. Salomón les había dicho a sus inquilinos el 10 de marzo que “Gaby” había viajado a Jujuy junto a unas amigas, pero que nunca más regresó.

Por otra parte, en el expediente también figura que José Luis Fumero, ex marido de la víctima del homicidio, se comunicó con uno de los comerciantes del local para informarle que “Gaby” había sido internada en una clínica de reposo por los problemas de adicción que sufría.

Otro dato que no es menor: Fumero, en la audiencia en la que se le dictó la prisión preventiva por 15 días, destacó que desde hace años no mantenía contactos con su ex pareja. Por ese motivo, los investigadores se preguntan cómo pudo saber que la propietaria de la vivienda había decidido internarse.

El negocio

“El hizo una operación legal porque sólo vendió la parte que a él le correspondía después de haberse realizado la separación de bienes”, explicó Ricardo Vernal, defensor de Fumero.

Hasta aquí no existe ningún documento que respalde esa versión. En principio, para que el ex esposo de Picciuto pudiera vender aunque sea parte de la vivienda, debería haber contado con la autorización de “Gaby”.

Walter Marchese, según él mismo confirmó, adquirió esa parte de la vivienda abonando $3 millones y entregando una moto cuyo valor no supera los $600.000. Habían acordado además que, una vez que tuviera todos los papeles en regla, le pagaría los $32 millones que restaban para que la propiedad sea suya.

Relaciones

Socci y Liberman dijeron que la procuradora Luciana Marín fue la primera en presentarse en la propiedad. En una entrevista con LA GACETA, la mujer declaró que ella había sido contratada por Fumero para iniciar una mediación para que se discutiera la división de bienes, por lo que el ex de la víctima no habría tenido la autorización. “Es un tema que no termina de cerrarse. Puede haber sido por otras cuestiones”, explicó Vernal.

Los inquilinos, a los que también se les dictó la preventiva y que son asistidos por José María Molina y Juan Pablo Bello, dijeron que días antes del hallazgo del cuerpo se presentaron Luciana, su hermano Isaías Marín, Fumero y Marchese.

La procuradora indicó que su hermano asistió al lugar porque ella se lo había pedido por temor a que algo malo le sucediera. Marchese, también en una entrevista con nuestro diario, confirmó que él tenía una relación con Isaías Marín, ya que era su vecino y le había vendido una casa.

Las bolsas

Sofía Alejandra di Gianni fue imputada de homicidio porque tenía en su poder el DNI y la tarjeta de débito de “Gaby”. La acusada, en la audiencia, dijo que Liberman le había entregado dos bolsas en la que se encontraban esos elementos en una visita que había realizado a su casa.

Liberman y Socci declararon que Di Gianni, con autorización de Luciana Marín, extrajo elementos con diferentes objetos. Marchese, por su parte, aportó la tercera versión: la joven buscó entre la basura que ellos retiraron de la vivienda de la víctima.

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