El secretario de Medio Ambiente, Alfredo Montalván, se refirió a la denuncia penal por contaminación en el río Salí que está siendo revisada por el Juzgado Federal de Santiago del Estero. El funcionario no niega la presencia de materia fecal y bacterias coliformes en el embalse, pero sí cuestiona el rango de peligrosidad del asunto.
El debate se inició a partir de una investigación solicitada por el legislador Raúl Pellegrini y realizada por el especialista Hugo Pizzi, en el que se detectó la presencia de bacterias coliformes y enterobacterias en las aguas del río Salí.
La denuncia fue formalizada en Santiago del Estero ya que se acusa que los líquidos contaminados atraviesan el embalse de Río Hondo, de la jurisdicción vecina, y desembocan en la laguna Mar Chiquita, en Córdoba. La presentación judicial incluye a los directivos de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) y a las autoridades provinciales como responsables.
Ante esto, Montalván se defendió diciendo que la Secretaría de Medio Ambiente y el Comité de Cuencas de Tucumán “monitorea desde hace más de 10 años el embalse” y que “llevan un control exhaustivo de lo que es materia fecal y bacterias”.
“La cuestión de los coliformes total y fecal están por debajo de las normas internacionales. En cuanto a parámetro están muy bien; está permitido hasta 1.000 partes por millón (ppm) y nosotros estamos en 10, 15”, aseguró el funcionario.
Asimismo, consideró “una aberración” que se hable de líquidos contaminados que atraviesen a otras provincias. “Monitoreamos Mar Chiquita y no alertamos ninguna bacteria; en el Tala, donde nace el río Salí, los coliformes son de la misma magnitud que en el embalse Río Hondo”, indicó.
En este sentido, el ingeniero se refirió al estudio realizado por Pizzi y dijo: “A veces las verdades a medias no sirven y confunden. Son dichos que dañan a la gente y al no manifestarse con información fidedigna, generan angustia”.
Montalván, sin embargo, remarcó que las investigaciones “pueden ser verdaderas, pero lo que no es verdadero es la conclusión”. “Dicen que este tipo de bacterias llegan a Mar Chiquita y no es así. No refuto sus mediciones, pero sí nos tendríamos que sentar a discutir las conclusiones”, analizó.
Por otro lado, advirtió que para lanzar resultados de tal magnitud se requieren “miles de intervenciones y conocimientos, de los cuales nosotros tenemos más de 800 entradas y mediciones del embalse” y cuestionó el motivo que llevó a la investigación.
“Esto apunta a la política, no a la ciencia, al conocimiento y a la verdad. Me parece bien que se llame a la reflexión, pero que no se saquen conclusiones erráticas”, apuntó Montalván. Y dijo que “el legislador Pellegrini (como impulsor del estudio) puede visitarme cuando quiera para que le muestre los datos”.
Además, subrayó que la Secretaría no tiene competencia directa en el asunto, como sí lo tiene la SAT y el Ente único de Control y Regulación de los Servicios Públicos de Tucumán (Ersept). E hizo una aclaración: “No quiere decir que no estemos analizando lo que nos llegó, pero no sirve transmitir a la comunidad conclusiones a partir de una sola línea de muestra”. “El mensaje tiene que ser claro; en el centro del embalse, los valores están bien”, sentenció.
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