El clima electoral y los duros cruces políticos que mantiene la Provincia con la Municipalidad de San Miguel de Tucumán no impidieron a las autoridades cumplir con el protocolo.
Por responsabilidad institucional más que por gusto, el gobernador, Juan Manzur, y el vicegobernador, Osvaldo Jaldo, cruzaron saludos con el intendente, Germán Alfaro, durante su participación en el solemne tedéum. El detalle de la ceremonia, sin embargo, se dio en el medio de la homilía.
El principal interrogante en el mundillo político era saber si el candidato a gobernador por el Frente de Todos y su ahora ex socio de fórmula se saludarían en la Catedral con el aspirante a la vicegobernación por Juntos por el Cambio.
Es que la relación entre las autoridades de la ciudad y de la provincia pasan por su peor momento político, sobre todo luego del traspié judicial que obligó a reprogramar las elecciones provinciales y casi que forzó a Manzur a dar un paso al costado bajando su postulación y hacer subir en la boleta oficialista a Miguel Acevedo.
Además, estaba muy fresco el antecedente de 2022, por el no saludo entre Alfaro y Jaldo (a cargo del Ejecutivo) que desató un vendaval político. Este año, sin embargo, se cumplió con el saludo protocolar.
Saludos y gestos
Manzur ayer ingresó al templo junto a su esposa, Sandra Mattar Sabio, luciendo los atributos de mando. Caminó por el pasillo y, antes de tomar asiento, se acercó a Alfaro y a la senadora Beatriz Ávila, a quienes les estrechó la mano con una sonrisa. La primera dama le dio un apretón de manos al líder del PJS e intercambió un beso con la candidata a intendenta.
Distinta fue la energía que se percibió durante el encuentro entre Jaldo y Alfaro. El candidato oficialista se acercó con un gesto adusto al intendente y le estrechó la mano, e hizo lo propio con Ávila, aunque con ella esbozó una sonrisa. La esposa del tranqueño, Ana María Grillo, intercambió besos con ambos.
Luego de la ceremonia, Alfaro se refirió escuetamente a la salutación que intercambió con los referentes oficialistas. “Bien. No hay nada nuevo ni qué agregarle a ese saludo”, dijo a este diario.
La ceremonia estuvo encabezada por el arzobispo, Carlos Sánchez, pero el sermón fue brindado por el arzobispo auxiliar Roberto Ferrari. Las autoridades escucharon con rostros duros los reclamos de diálogo y grandeza a la clase política para superar la crisis social.
Cruce de pasillo
La perlita del tedéum ocurrió al momento de darse la paz. Manzur se saludó con su esposa y quienes estaban en el banco detrás suyo: Jaldo, Grillo y las autoridades de la Corte Suprema, Daniel Leiva (presidente), y Leonor Rodríguez Campos. Lo que sorprendió a algunos es que el mandatario cruzó el pasillo y le dio la paz a Alfaro, Ávila y las autoridades militares, entre ellas el director del Liceo Militar, Néstor Antonio Pontoni.
Distinta fue la reacción de Jaldo, que intercambió saludos sin cruzar el pasillo con los vocales de la Corte Suprema de Justicia y con quienes se ubicaron en el banco siguiente: el presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, la intendenta de Aguilares, Elia Fernández de Mansilla, y otros funcionarios judiciales.
Ni de parte de Jaldo ni de Alfaro se vieron intenciones de brindarse la paz luego de un año de duras expresiones y chispazos entre ambos. “La verdad que no me había dado cuenta de eso, recién ahora. Manzur se acercó, no el vicegobernador”, comentó luego el intendente.
De la liturgia católica participaron los ministros Acevedo (Interior), Carolina Vargas Aignasse (Gobierno y Justicia) Lorena Málaga (Desarrollo Social), Juan Pablo Lichtmajer (Educación), Eugenio Agüero Gamboa (Seguridad), Luis Medina Ruiz (Salud), Fabián Soria (Obras Públicas), Eduardo Garvich (Economía) y Álvaro Simón Padrós (Desarrollo Productivo). También se divisó diputados, senadores, legisladores, intendentes, concejales y numerosos funcionarios municipales.