Aunque el ámbito laboral suele relacionarse con una carga importante de obligaciones, conflictos e interacciones profesionales también hay momentos que escapan de esa lógica. Al pasar tantas horas dentro de un mismo establecimiento es imposible no vincularse (para bien o para mal) con otros. En ese sentido, ¿a quién no le tocó experimentar alguna vez una historia de amor?
Según una encuesta realizada en 2022 por la Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos (SHRM, por sus siglas en inglés), de un total de 3.500 entrevistados, un 43% afirmó haber vivenciado una relación amorosa en su trabajo.
A ese registro se sumó que el 22% de los encuestados habían conocido a sus parejas en un ámbito laboral.
Los romances de oficina: pros y contras“Aunque es bastante complicado hacer generalizaciones, entre las causas más comunes que conducen a los amoríos de oficina aparece el mero hecho de pasar una gran cantidad de tiempo bajo el mismo techo. Los contextos compartidos, la empatía y el apoyo que allí se desarrollan frente a algunas situaciones de la vida diaria fomentan la intimidad”, indica la sexóloga Paula Arévalo.
Bajo ese mismo justificativo, la profesional indica que el estrés también influye en el resultado final. “La sociedad actual se rige por el dinero y nuestra productividad. Todo el tiempo debemos mostrar que tenemos potencial, que somos proactivos y útiles. En consecuencia, la ansiedad que eso ocasiona conduce a la búsqueda de consuelo en nuestros iguales”, indica.
Quizás esto no ocurra de una manera tan directa, pero hay episodios propios del entorno laboral que nos llevan a hacer alianzas emocionales.
Romances de oficina“De ahí, según la persona y sus intensiones, el resto depende de que tan fuerte es la atracción o afinidad que tenemos. Debe quedar en claro que solo por respirar el mismo aire eso no vamos a caer automáticamente en un romance o relación vincular de este estilo. Los empleados trabajan juntos en proyectos, se apoyan mutuamente en momentos difíciles y comparten intereses. Todo esto puede crear una fuerte conexión emocional que, a veces, puede evolucionar en un romance”, añade.
Reducir o expandir
Como último dato, los resultados de la encuesta dejaron entrever que había algunas franjas de edades más propicias a enamorarse bajo este ambiente. Entre ellas, un 45% de los entrevistados afirmaron haber mantenido un romance de oficina cuando tenían entre 24 y 33 años.
A ese número le siguió un 40% de los encuestados que afirmó haberse enamorado de un compañero o compañera pasados los 40 años.
“Otro de los temas que aparece bastante en el consultorio es la vinculación entre un amor de oficina y la falta de otros espacios aptos para la socialización o el entretenimiento. Hay personas que tienen un círculo bastante estrecho de amistades o no disponen de tiempo para salir y conocer a gente nueva o ajena a la rutina. Eso hace que se acepte más rápidamente cualquier avance de una persona conocida con la cuál ya hay un vínculo profundo de antemano”, destaca Arévalo.