Si se observa el panorama climático que actualmente presenta la zona núcleo, con escasas reservas de agua y con la falta de precipitaciones, se complican las intenciones de siembra de los productores de trigo y aumentan las probabilidades de que se reduzcan las áreas trigueras en Córdoba, en La Pampa, en Santa Fe y en centro y norte de la provincia de Buenos Aires. Así lo puntualizan en su habitual informe los técnicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.

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Mediante este documento, las autoridades de la entidad indicaron que si las lluvias del mes pasado hubiesen acompañado al productor con los niveles estadísticos promedios, la primera estimación de trigo de la entidad hubiese reflejado una intención de siembra de más de 7 millones de hectáreas.

Después de la extrema falta de agua en los perfiles de suelo que dejó la campaña gruesa 2022/23 y de las escasas lluvias que se registraron durante el mes pasado -precipitaciones, inclusive, muy por debajo de abril del año pasado-, el potencial de que se concreten las intenciones de siembra en gran parte de la región pampeana se encuentra muy limitado.

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En el informe de la entidad se concluye en el hecho de que se precisan lluvias, que cubran más que una cuarta parte de las necesidades actuales de los suelos de la región pampeana para que la cobertura de área no disminuya respecto de la campaña 2021/22. “Es muy difícil trazar un escenario nacional en este marco de referencia, ya que en buena parte de la región pampeana no hay condiciones agronómicas que aseguren mínimas condiciones de productividad”, dice.