Se llama Alto El Puesto pero en realidad es una zona más baja que La Invernada. Está a ocho kilómetros hacia el este de la ruta 38, entre Alberdi y La Cocha, cerca del río Marapa. Las tormentas del verano-otoño tienen a mal traer a los pobladores, porque los torrentes bajan por el camino de acceso a su pueblo. Primero son cuatro kilómetros desde la ruta, sobre los cuales las autoridades de la comuna han hecho pasar la máquina; luego hay un sitio llamado La Horqueta, donde el camino se divide y está destruido de ambos lados, en los cuatro kilómetros restantes hasta las casas.
Atraviesan fincas
“Del lado izquierdo (hacia el sur) hay como 50 familias - dice María Celeste Vera, vecina de ese sector-. Ahí es donde está el famoso socavón que tras la tormenta del año 2017 se tragó la escuela 295 y obligó a que se haga otra nueva”. Añade que se encuentran semiaislados. “Tenemos salida, pero precaria. Arreglaron una parte del camino pero desde acá desde La Horqueta ya no enytrn las máquinas. Hay un camino alternativo por dentro de fincas, si nos dan permiso los mismos vecinos. Por ahí los vecinos pasan una pala niveladora que tienen ellos tirada por un tractor, pero los autos a veces se quedan agarrados en la arena y en algunas partes el derrumbe ya ha entrado para las fincas. Se pone muy blandito y corremos riesgo de que se derrumbe y caigamos con los vehículos”.
La gente, dice, suele usar motos y bicicletas para salir. O caminar. Lo mismo los docentes, que cuando llueve no pueden llegar a dar clases. “Es que cuando llueve por un lado tenemos un pantano y por otro lado se resbala todo”. Eso es el camino. Del lado norte se encuentra otra escuela, la Isaías Nougués, con más de 100 alumnos. La gente necesita trasladarse a La Invernada o Graneros, por estudio o trabajo, y a veces deben cruzar el lecho del río Marapa, a causa del corte del camino.
Protesta desoída
Los vecinos de Alto El Puesto y otra población más elevada hacia el oeste, Domingo Millán, cortaron la ruta 38 el 19 de abril, por segunda vez este año (antes habían protestado en enero) para que les arreglen el camino. “Levantamos la protesta ante la promesa de que recibirían a la gente en el Ministerio del Interior. Pero fueron a la capital, los hicieron esperar dos horas y les dijeron que no los iban a atender”. afirma.
Otro vecino, Fidel Fernández, dice que “cuando llueve no se puede ir para ningún lado. Un vecino, Alico Correa, que vive a la par del derrumbe, es el que más acomoda el camino con un tractor y una pala. Pero yo no tengo esperanza de que arreglen nunca el derrumbe. En 12 años no han podido hacer el desagüe”, dice, entre las críticas al delegado comunal. Carlos Castro, y la intendencia de Graneros. Añade que “se gastaron millones en la obra para que el agua no vaya por el camino pero afirmaron los trabajos en los costados de las paredes de tierra, y vino el agua y les ha dado vuelta todo. Nunca lo van a arreglar”.