El peor enemigo del metal es el óxido y aún más cuando se trata de herramientas o elementos metálicos que no usamos a menudo. Las molestas manchas anaranjadas terminan por quitarle vida útil a nuestros enseres y la humedad del clima tucumano hace parte importante del trabajo. Pero no hay truco hogareño al que se resista una mancha de óxido.
Más allá de los productos químicos comerciales que ofrecen solucionar esta problemática, existen algunos trucos caseros para quitar el óxido de nuestros objetos. Conocé estos tips sencillos y caseros que te van a ayudar a lidiar con el desagradable aspecto anaranjado que adquieren algunos metales.
Cómo sacar el sarro de las pavas y las tapas de los termosTips para quitar el óxido
Una de las soluciones más populares para la "herrumbre" es el bicarbonato de sodio. Aliado para quitar más de una mancha, el bicarbonato es un producto natural económico y seguro de usar. Se recomienda humedecer esta sustancia con agua y aplicarlo sobre los objetos con la ayuda de un cepillo o esponja suave que no rayen.
Otro "remedio casero" para quitar la herrumbre es el vinagre de manzana y suele ser muy eficiente con elementos metálicos pequeños por su liquidez. Para utilizarlo, se recomienda sumergir el objeto en un recipiente y colocar el vinagre de manzana hasta que el metal quede totalmente cubierto. Con un poco de paciencia, después de una noche de remojo, se debe frotar suavemente con una esponja. En caso de que el óxido no sea removido, puede funcionar si se repite el proceso, renovando el vinagre tras cada limpieza.
Un tip poco conocido pero igualmente efectivo es el uso de una papa. Así como leíste. Si tenés un cuchillo oxidado, podés clavar el filo en una papa y dejarlo ahí toda una noche. El ácido oxálico que tiene este tubérculo permite quitar la acumulación de esa mancha rojiza. Cuidado, asegurate de desechar la papa después de usarla.
Cómo quitar el óxido de la ropa
Es importante que evites refregar o frotar los tejidos que tengan óxido adherido porque eso sólo provocaría que las manchas se expandan. Una posible solución para las telas manchadas es verter leche a unos grados menos del punto de hervor. Mojá en el líquido un paño que no te importe estropear –una toalla preferentemente– y dejala reposar sobre la ropa manchada. La leche absorberá el óxido. Después, dejala secar y lavá la tela con normalidad.
Otra solución es cubrir el área manchada con una buena cantidad de pasta de jugo de limón mezclado con sal a partes iguales. Cuando hagas el preparado, deberá llegar a tener la consistencia de una crema. Luego de unas horas de reposo, procedé a lavar la prenda como de costumbre.