Desde hace algunas semanas, el funcionamiento de los semáforos de la capital ha causado preocupación y enojos. Algunos andan bien, otros a medias y otros ni encienden. Los cortes de luz, la falta de repuestos y algunas dificultades con la empresa que prestaba el servicio de mantenimiento -dijeron fuentes de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán a LA GACETA- complicaron la marcha y los arreglos de algunos complejos. Pero eso se terminó -dicen-. En pocos días, la situación estará completamente normalizada.
La noticia la confirmó ayer Alfredo Fredy Toscano, secretario de Obras Públicas municipal. Esta novedad viene a calmar una situación que ha escalado en el último tiempo y que ha llevado al hartazgo a más de un conductor: hay onda verde inexistente en algunos cruces; a algunos semáforos les falta la luz del verde o la del rojo; y los focos se han teñido -como decía el tango- de luces celestes. Según comentó el funcionario a LA GACETA, existen 383 complejos semaforizados en la capital. “De ellos, 83 tenían mal funcionamiento, desincronizados, apagados o intermitentes. Y es muy difícil el mantenimiento, porque San Miguel de Tucumán es la única ciudad del NOA y del NEA con esta cantidad de semáforos. En el país, sólo hay 15 ciudades con este volumen; entonces no hay mucho recurso humano especializado para repararlos -contó-. Hemos contratado una empresa que se hará cargo hasta que termine el nuevo proceso de licitación”.
Cambios internos
Hasta hace pocas semanas, los semáforos, su control y su cuidado (a través de la empresa que tercerizaba las reparaciones) estaba a cargo de la subsecretaría de Tránsito municipal, en la figura de Enrique Romero. Ahora, pasaron a ser responsabilidad de Obras Públicas. “Originalmente dependían de nuestra secretaría -explicó Toscano- pero luego se hizo el traspaso”. Los semáforos -comentó Romero semanas atrás a LA GACETA- se habían quedado sin “service” en diciembre, cuando la empresa que lo prestaba abandonó la provincia. “Se llevaron todo el sistema de computación que se encargaba de controlar los semáforos”, expresó el funcionario. Desde allí, la Municipalidad tomó la posta y comenzó a realizar algunas reparaciones, pero insuficientes para el estado de los complejos. Además -indicó- era difícil conseguir repuestos para algunos semáforos antiguos.
Según explicó Toscano, el de los repuestos importados es un problema que afecta también al proceso de licitación. “Al ser en dólares, es complicado -comentó-; además, no hay mucho stock y el cambio constante de tecnología hace muy difícil conseguir repuestos para los primeros semáforos, incluso hay que mandar a fabricar las piezas. Hemos realizado una compra de $15 millones en elementos para la reparación. En una semana, o a más tardar 10 días, ya estarán todos en correcto funcionamiento”. Desde la semana pasada -indicó- la empresa está trabajando con tres equipos repartidos por toda la capital, y ya se han arreglado cerca de 40 complejos. “La reparación es rápida, lo único difícil es el trabajo que hay que hacer sobre las mallas de comunicación, que hacen que los semáforos se sincronicen -advirtió-; pero se soluciona, y una vez que estén todos en correcto funcionamiento, la empresa se va a quedar a hacer el mantenimiento correspondiente”
Tarea compleja
Esta no es la solución definitiva -se lamentó Toscano-. “Va a seguir habiendo problemas en el futuro; siempre van a surgir complicaciones. Por las subas y bajas de tensión, por las lluvias o por los robos -alertó-; pero tiene que haber una empresa que se encargue de realizar el correcto mantenimiento”.
Algo que aliviaría el trabajo -reflexionó- sería la modernización de algunos complejos. “Existen tres tipos en la provincia: uno por fibra óptica, que es el más nuevo; otro por pared de cobre, que es el más antiguo; y uno por radio módem. La idea es que en algún momento tengamos todos con fibra óptica, para incluso controlar todo el sistema desde un celular. Pero son inversiones millonarias”, admitió. Y dio números: un semáforo sale $8 millones ; recuperar la parte tecnológica de uno, entre $3 y 4 millones. “Es como abrir un televisor: tiene muchos componentes electrónicos y todos importados. Son muy sensibles a las bajas de tensión y, naturalmente, hemos tenido muchas en los últimos 60 días, que han quemado muchos de los componentes electrónicos que tienen”, dijo.
Y en este punto, habla de responsabilidades. “Cuando se rompen electrodomésticos por un corte de luz, EDET tiene que hacerse responsable. Nosotros estamos estudiando si no se puede hacer lo mismo con los semáforos; no resolvería el problema, pero al menos lograría que haya un menor impacto económico para el municipio”, aseguró y se animó a pensar en el futuro: “creemos que la ciudad necesita entre 50 y 100 complejos semaforizados nuevos”. Pero esa es otra historia...