“Todos hablan de libertad, pero ven a alguien libre y se espantan”, escribió alguna vez el tucumano Hugo Finkelstein, poeta, docente, ensayista, periodista, dramaturgo y psicoterapeuta, que falleció en la Capital Federal el sábado a los 74 años, en la víspera del Día del Libro, la herramienta que fue la principal forma de expresión de sus ideas.

Había nacido en la capital tucumana el 13 de enero de 1949, donde comenzó la carrera de Psicología en la Universidad Nacional de Tucumán mientras llegaba a la pantalla de Canal 10 y desarrollaba su pasión por la escritura. A los 22 años ya había estrenado sus primeras obras de teatro y fue becado para asistir al Festival Internacional del Teatro de las Naciones que tuvo lugar en París, donde permaneció dos años.

Luego retornó a la provincia para terminar sus estudios de grado y formó parte de la primera promoción de la carrera de Psicología. Al comenzar la dictadura militar en la Argentina, emigró a Europa y se instaló en Madrid donde publicó “El libro del no amor” (con 17 ediciones) y “Canción de cuna de un padre ausente” (reeditado como “Querido hijo, querido papá”), entre otros textos. En los 80 fue autor de “Imaginación a 40 grados”, “Uno, Uno mismo y el otro” y “El amor, ese pretendido bien”, entre otros.

Al regresar al país, se doctoró en psicología en la Universidad John F. Kennedy y fue un impulsor de la corriente terapéutica de la “Clínica de la afectividad”, con la cual recorrió gran parte de América Latina y países del resto del mundo. Volcado a los aspectos biológicos-científicos, se recibió de Máster en Psicoinmunoendocrinología en la Universidad Favaloro y escribió “Psicopatología del dolor” e “Introducción a la psico-neuro-inmuno-endocrinología”, por los cuales fue invitado por el Gobierno de Grecia a participar de las Primeras Olimpíadas Médicas en la isla de Koss en 1996.

En paralelo, en los 90 fue panelista del programa “20 mujeres” en la TV Pública, y condujo en TV “Digno de ser” y en radio “La hora del Dr Finkelstein” en FM La Isla y “Emociones y pensamientos” en Radio Mitre, al tiempo que dirigió sus obras teatrales “Espíritus” y “Los juegos del no amor”. “Solos y demasiado tarde”, “Las máscaras de la vida” y “No se lo que quiero” son algunos de sus libros de esa década.

Hasta sus últimos días de ejerció como psicoterapeuta y encontró en la sofrología, un entrenamiento personal basado en técnicas de relajación y de activación del cuerpo y de la mente para gestionar las emociones, desarrollar capacidades y aliviar el sufrimiento humano (fue uno de los pocos especialistas en Latinoamérica).

Su última producción literaria abarca títulos como “A de Afriken”; “Estimada señora”, “No quiero morir como un idiota”, “Emociones extremas”, “Dosis de madre” y “Manual para sobrevivientes”, algunos inéditos. Padre de cinco hijos y ocho nietos y de muchos seguidores que lo despidieron sentidamente en las redes sociales.