La carrera consagratoria de “Argentina, 1985” comenzó el año pasado en el Festival de Venecia y se cerró ayer con los premios Platino a lo mejor del cine iberoamericano. En aquel momento, y con motivo del estreno en el país de la película, Alejandra Casas Cau realizó una entrevista exclusiva para LA GACETA con los protagonistas Ricardo Darín y Peter Lanzani (como los fiscales Julio César Strassera y Luis Moreno Ocampo, respectivamente) y con el director Santiago Mitre, cuyos aspectos centrales reproducimos.
"Argentina, 1985" arrasó en los Premios Platino y es la mejor película iberoamericana de ficción“El trabajar sobre el juicio de las Juntas es una idea que tenía hace muchísimos años -reconoció Mitre-. Mi vieja trabaja en la Justicia desde muy joven y me había hablado de Strassera. Y yo intuía que este hombre podía, además de ser una persona de una relevancia histórica enorme, también ser a través del cual contar una película que narrara este hecho tan importante. Con Mariano Llinás, el guionista con el que trabajo siempre y un gran amigo y director que admiro además, empezamos a trabajar sobre un argumento y rápidamente nos topamos con el límite de nuestro conocimiento y recuerdo y frenamos la escritura”.
“Decidimos que teníamos que hacer un proceso de investigación muy largo, así que se sumó Martín Rodríguez a comandarlo. Tuvimos un proceso de que fue muy enriquecedor y muy interesante, pudimos hablar con mucha gente vinculada al juicio. Fue muy conmovedor entender cómo fue haber hecho este juicio. Hubo mucho coraje por parte de los que hicieron el juicio, en una sociedad donde las personas que los habían secuestrado y torturado estaban libres”.
Ricardo Darín opinó sobre la película alemana que venció a “Argentina, 1985” en los Oscar: “No es mejor”Lanzan resaltó que lo central al componer un personaje real que, en su caso, está vivo, “es hacerlo con respeto; después lo más inteligente que tiene el guión y la historia es que no busca hacer una película documental, no buscamos copiar a Moreno Ocampo o a Strassera, teníamos un poco de libertad”. “Así agarramos algunas características que nos ayudaron a entrar un poco en la historia y saber más o menos cómo movernos. Fuimos encontrando qué es lo que queríamos contar a partir de lo que nos pedía el guión”, agregó.
“La línea inicial es el guión -puntualizó Darín-. Si bien admitía cierta modulación, trazaba claramente la ruta de lo que teníamos que hacer y todo el tiempo buscamos desacralizar momentos tan trascendentales. Lo que contamos es la parte humana de estas personas y los obstáculos con los que se fueron encontrando, todo lo que les costó llevar adelante esta tarea titánica. Elegimos un vector para trabajar nuestro personaje que está sugerido en el guión y que con Santiago lo potenciamos: la parte humana; es decir, fuimos muy prudentes respetuosos y cariñosos con los personajes porque aprendimos a quererlos en el transcurso del trabajo”.
“Argentina, 1985” se suma a la filmografía sobre el ProcesoLa repercusión internacional del filme fue otro tema abordado. “Fue iImpresionante. En mi caso en Venecia fue la primera vez que vi la película con público, y tener una sala con el 70% de extranjeros que se emociona, que disfruta la película y que la entiende, es uno de los puntos más altos de lo que nos pasó”, remarcó Lanzani, al tiempo que Darín reconoció que “la gran incógnita era qué iba a pasar con esta historia hiperlocalista cuando salga a recorrer el mundo. ¿Iba a ser entendida, abrazada, respetada y demás? Y lo que recibimos como devolución fue absolutamente sorprendente”.
“Argentina, 1985” y un victorioso camino de ovacionesEl punto cúlmine es el alegato final de Strassera, con el famoso Nunca Más. Darín resaltó: “cuando como actor tenés la posibilidad de tener un texto de semejante envergadura, tenés que acompañarlo, sentirlo, permitir que te atraviese y que exista la posibilidad de que puedas transmitirlo de la misma forma”.