“En cuanto al estado madurativo de los cañaverales de Tucumán en la primera quincena de abril, vemos que para la evolución de los rindes sacarinos fueron determinantes los factores climáticos que se sucedieron en todo el ciclo productivo de la cana”, afirmó Arturo Felipe, técnico del Grupo Caña de Azúcar del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Famaillá. Los técnicos realizaron un el muestreo en 24 localidades representativas del área cañera de la provincia, en la que consideramos a las variedades de mayor difusión a nivel comercial.

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Añadió que al analizar los factores climáticos, se observa que durante enero las temperaturas fueron normales para la época y las lluvias muy dispares, con un volumen de agua caído de un 35% aproximadamente por debajo de los registros históricos. Y se destaca la evapotranspiración potencial (EP) extremadamente alta con un 20% más que la media histórica.

Febrero se presentó con temperaturas más altas de lo normal en 2,5 °C por arriba de la media; las precipitaciones con un 50% menos de la media; y, como es de esperarse, una EP superior a lo normal, muy por arriba del volumen de agua caída.

Esto provocó un verano con un déficit hídrico muy marcado, con una consecuente disminución de agua útil en el perfil de suelo y una depresión en las napas freáticas, generando un estrés muy importante en la etapa de gran crecimiento de los cañaverales y un atraso muy marcado en el desarrollo vegetativo.

Durante marzo se presentaron temperaturas altas en unos 6,5° C por encima de la media histórica. Incluso, la mínima estuvo muy por arriba de lo normal, extendiendo el verano con valores atípicos para la época.

Las lluvias continuaron siendo bajas en su volumen aportado, pero con un valor más cercano a la media histórica (déficit de 80 mm, pero con distribución geográfica de las lluvias muy heterogénea), provocando una reacción del cañaveral que no parece suficiente en la mayoría de los casos. Hubo una respuesta en el crecimiento, pero con un atraso en el inicio de la maduración, por lo que este prezafra muestra valores bajos para la época.

Las condiciones del clima dañaron más la variedad LCP 85-384

Esta situación, comparada con los últimos cinco años, expresa lo complejo del proceso madurativo de los cañaverales. Así, la actual campaña se presenta con un inicio muy malo en condiciones climáticas limitantes, donde los cañaverales tienen un marcado retraso en el desarrollo y crecimiento, que se agrava en algunas zonas.

Pero, a pesar de ese retraso en el desarrollo, el cañaveral inició un proceso firme de maduración, quedando escaso margen para seguir la fase de crecimiento. Por lo tanto, con la altura final que presentan actualmente las cañas, sólo resta esperar que terminen de madurar los entrenudos apicales.

El Grupo Caña de Azúcar del INTA Famaillá prevé continuar con un relevamiento detallado de la evolución del ciclo madurativo de los cañaverales próximos a molienda, destacando que los valores obtenidos son orientativos de la evolución madurativa en la provincia y tienen por finalidad ejercer una comparación con igual fecha de análisis de campañas anteriores.