No será un buen año para la citricultura, dicen los productores, luego de ver las estimaciones de producción y el comportamiento de los precios en el mercado externo. La competencia es cada vez mayor el mundo, mientras en el NOA se pierden hectáreas para fruta fresca que abastece el mercado interno y también los compromisos con los países que adquieren el limón argentino. A ese escenario, el presidente de la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa), Pablo Padilla, plantea otras cuestiones: la falta de confirmación de los precios y de la provisión de gas para el sector y los detalles para la instrumentación del “dólar agro” en las economías regionales, puntualmente, en lo referido al limón.
La Secretaría de Comercio de la Nación oficializó ayer los términos de los acuerdos de precios a suscribirse con los comercializadores o proveedores de mercaderías que pretendan adherirse al Programa de Incremento Exportador para economías regionales. Padilla, no obstante, afirmó a LA GACETA que todavía no se establecieron los parámetros para la citricultura y cuáles serán los requisitos adicionales que se incorporarán.
El Programa de Incremento Exportador permite que las economías regionales accedan a un tipo de cambio de $ 300 por dólar durante cinco meses, con el fin de promover el desarrollo de las diferentes actividades que se caracterizan por el agregado de valor local y el impacto positivo que generan en las economías de todo el país, según informó la Secretaría de Agricultura de la Nación. Se trata de un paliativo que la Nación brinda a los cultivos más afectados por la sequía. Si bien el “dólar agro” se extenderá hasta agosto, los citricultores creen que el Gobierno nacional debería disponer una prórroga, ya que el grueso de las liquidaciones de divisas se concentran entre septiembre y los primeros meses del año siguiente. Paralelamente, los productores esperan la homologación de la declaración de la emergencia agropecuaria provincial, con el fin de que se activen los beneficios fiscales que la Nación otorga a las producciones afectadas por la seca.
Padilla indicó que la zafra citrícola está aun 15% de su ritmo habitual para esta época. Al ser consultado sobre el conflicto salarial, que ayer se exteriorizó con cortes de ruta por parte de autoconvocados, el citricultor indicó que se trata de una puja interna de Uatre, ya que las negociaciones con los paritarios sigue en pie y hoy, precisamente, se prevé otro encuentro para acercar posturas. “Las medidas que se adopten son retroactivas al 1 de marzo”, expresó.
El presidente de Acnoa señaló que la actual temporada se desarrollará con menos producción. “Habrá menos fruta disponible porque se perdieron 6.000 hectáreas de cultivo y otras 8.000 fueron abandonadas. A ello se suma el impacto del clima que golpearon el desarrollo de la fruta”, advirtió. Para la nueva campaña citrícola (2022/23) en la producción de limones en la región del NOA se espera una reducción mayor al 20% con respecto a la producción del año anterior, estimó la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).
Tucumán cuenta actualmente con casi 40.000 hectáreas netas (deducido un 9% aproximadamente por callejones, playas de cosecha y otras instalaciones) de limoneros distribuidas equitativamente entre la zona norte, en los departamentos de Burruyacú y Tafí Viejo y el resto en las zonas centro y sur. Este número resulta de descontar las casi 6.000 hectáreas que se erradicaron del cultivo pasando en la mayoría de los casos, al cultivo de la caña de azúcar, según se desprende de un estudio reciente realizado por la Sección Sensores Remotos de la Eeaoc.
Con el impacto de varios factores, una estimación aproximada de a provincia produciría 1,38 millón de toneladas. En caso de que las condiciones no sean favorables, por estrategia de cosecha utilizada, por condiciones desfavorables para la cosecha (meteorológicas, gremiales, cantidad y calidad de fruta), por caída de fruta o simplemente por condiciones de mercado (como en la campaña pasada), la cantidad de fruta a cosecharse podría ser inferior a la estimada, como ya ocurrió en las tres campañas anteriores”, subrayó el reporte de la Experimental. En junio se prevé que se haga otro relevamiento. A su vez, el NOA aportaría 230.000 toneladas que, sumada a la estimación tucumana, arrojaría un volumen de 1.6 millón de toneladas por debajo de los 2,2 millones de la temporada pasada, indicó Padilla.
Respecto la comercialización en el exterior, el titular de Acnoa señala que la producción argentina tendrá una fuerte competencia con la sudafricana y, en ese aspecto, abogó por una rápida instrumentación del dólar exportador diferencial. “Nos puede brindar cierto oxígeno en un período complicado como el que vivimos”, explicó. Debido a la crisis, Acnoa proyecta una reducción de las exportaciones de entre un 20% a un 25%, ya que en esta temporada se inscribieron 19.000 hectáreas destinadas a la comercialización externa, unas 10.000 hectáreas menos que la zafra anterior.