Los vecinos coincidieron en señalar que escucharon tres sonidos. Primero, un grupo de entre tres y cinco jóvenes intentando forzar una ventana. A los segundos, un fuerte grito: ¡Alto! ¡Policía! Por último, un disparo y el sonido característico de varias personas corriendo. Después de un tétrico silencio, comenzaron a llegar móviles de la fuerza. Personal del hospital Padilla informaba que un joven había fallecido de un disparo. Era uno de los sospechosos de haber intentado cometer un asalto y que fue herido por el uniformado. El fiscal Ignacio López Bustos dispuso que el oficial principal de la fuerza no fuera procesado por el homicidio.

El hecho se registró en Matheu al 4.300, el barrio San Francisco, al sur de la capital. En la vivienda, donde antes funcionaba una peluquería, dormía después de haber prestado servicios Néstor Fabián Peñaloza. Cerca de la 1.40 sintió ruidos en la ventana del frente de la vivienda. Se levantó de la cama y gritó para identificarse. Como los sospechosos continuaban con su intención de ingresar, realizó un disparo intimidatorio que impactó en el marco.

Salió del inmueble para tratar de atraparlos, pero los sospechosos ya se habían escapado. Sólo encontró un celular con la linterna prendida -la habrían utilizado para alumbrarse- y una mancha de sangre. Inmediatamente habló al servicio 911 para avisar lo que había ocurrido y que era probable que haya herido a uno de los asaltantes.

Dos versiones

Mientras los policías buscaban por la zona a los sospechosos, los responsables de la guardia del Padilla informaban que al centro asistencial había ingresado Franco José Bustamante (22 años) con una herida de bala en el lado derecho del tórax. Sus allegados habían informado que había sido atacado por desconocidos cuando intentaba ingresar a su casa. Pese al esfuerzo de los médicos, el joven falleció horas después.

La Policía dijo que tenía que tenía una causa abierta por robo. Personal de Homicidios, al mando de los comisarios Ramón Moreno, Miguel Carabajal y Jorge Dib, entrevistó al hermano del herido, que contó otra versión. Señaló que él había sido herido en un puente cercano a su vivienda y que no sabía quién y por qué lo habían baleado.

Según el informe de los peritos, Peñaloza, que entregó el arma a las autoridades ni bien se presentaron en su casa, realizó un disparo que terminó desviándose en el marco de la ventana e impactando en Bustamante. Por esa prueba y el testimonio de varias personas, López Bustos decidió no imputar de ningún delito al oficial de la fuerza.

“Lo único que faltaba es que lo metieran preso. El joven actuó como corresponde”, explicó Juana Jiménez, que vive a cuadras del lugar donde ocurrió el hecho. “Estamos hartos de vivir así. Los delincuentes creen que tienen derecho de transformar la vida de la gente en un infierno. Espero que ahora se calmen un poco porque esta zona es bastante insegura”, añadió Fernando Castro.