Propuestas de gobierno novedosas, actos proselitistas de gran magnitud, competencias descarnadas, calles tomadas por la política y cruces verbales rimbombantes. Estas características que solían tener las épocas previas a las elecciones provinciales en Tucumán se han visto poco y nada este año. Si bien algunos armados se habían adelantado, la campaña electoral comenzó formalmente el viernes. La dirigencia de los dos espacios mayoritarios, en general, reconoce que se está desarrollando de manera atípica, casi sosa.

A 28 días de la renovación total de autoridades electivas, hay actores del escenario político que consideran que las próximas semanas podría cambiar levemente el panorama. En el oficialismo y en la oposición coinciden en que el clima está enrarecido en comparación a las previas de los comicios de 2015 y 2019. En términos generales, hay coincidencias en que los siguientes aspectos son condicionantes para lo que resta:  

1- Malestar social

La clase política siente que tiene que ser especialmente cautelosa y medida en sus acciones para no convertirse en elefantes en un bazar ¿Por qué? Porque en contextos de crisis económicas y sociales tan profundas la población no suele estar receptiva a una campaña, al contrario. Referentes de distintas vertientes afirmaron que, en los barrios, el rechazo a los políticos abunda tanto como los pedidos desesperados de comida y de trabajo. De acuerdo con el Indec, la pobreza urbana alcanza al 43,5% de la población del Gran San Miguel-Tafí Viejo. La inflación vacía los bolsillos y acota el bienestar de los ciudadanos. La dirigencia tiene sondeos que dan cuenta de que no hay demasiado margen para salir a pedir los votos.    

La epidemia de dengue también preocupa y mucho. Todos los competidores siguen de cerca la situación, porque añade una sensibilidad especial a la población. En la oposición consideran que el oficialismo se desentiende del problema y en el justicialismo, que los disidentes usan un tema demasiado delicado para atacarlos.  

En paralelo, el descontento social es palpable y pesa no sólo en el diseño de la campaña, sino también en la extensión.

2-Los costos del proselitismo

La inflación lógicamente también impacta en los gastos de la campaña. Todo se ha encarecido en relación a los últimos parámetros de costos, los del proceso nacional de 2021. Referentes de diversos partidos afirmaron que están guardando el dinero para concentrar actividades durante los últimos días antes de los comicios.  

La publicidad y los actos siguen siendo lo más caro en la previa. El domingo de la elección, en tanto, es el más significativo de todo el proceso electoral.

La propaganda tomó también nuevas formas. Hay quienes apuestan a los soportes tradicionales, como la cartelería. Pero muchos se volcaron sólo a las distintas redes sociales. Hay, en tanto, prácticas que en una parte de la provincia cayeron en desuso porque los vecinos las rechazan, como los pasacalles y las pintadas.

Según estimaciones de referentes capitalinos, un acople mediano que competirá en San Miguel de Tucumán gastará como mínimo $10 millones sólo el domingo 14 y, si quiere asegurar el triunfo, el monto estaría arriba de los $30 millones. Un armado grande, en tanto, invertiría hasta el doble de eso. Enumeran que implica el pago y viáticos de fiscales; la plata para dirigentes y movilizadores; el alquiler de autos y motos para trasladar votantes y, eventualmente, efectivo para captar adhesiones (aunque las dádivas están penadas por ley, han sido moneda corriente en diversas elecciones).

3-Escenario político nacional

Para el justicialismo provincial, cuanto antes sean las elecciones, mejor. De hecho, por eso se arriesgó temprano a adelantarlas. La debacle del Gobierno nacional mantiene en vilo a las autoridades locales, que tratan de que lo que sucede en Buenos Aires no los salpique. Cada medida o anuncio se toma con cautela. Las irrupciones públicas tanto del presidente Alberto Fernández como de la vicepresidenta Cristina Fernández ponen a temblar la Casa de Gobierno. Puertas adentro, hay quienes creen que el no tener un candidato claro a la presidencia pesa y otros que consideran que es un alivio. La crisis de liderazgo en la coalición afecta y afectará y por eso apostaron a la provincialización de la elección.

En JxC nacional la situación no está mejor. Las buenas perspectivas han empantanado a la dirigencia nacional, sobre todo a la del PRO, en una pelea por un poder que aún no tienen y que no saben si lograrán alcanzar. Repercute, por supuesto, en las provincias. Y más en Tucumán, donde el armado recién está comenzando a trabajar en conjunto, un poco desarticulado y con bastantes referentes descontentos tras la incripción de las listas en la Junta Electoral.

5- Coyunturas

Los que marcan el ritmo de la campaña suelen ser los sectores más numerosos del oficialismo y de la oposición. En ambos reconocen que las condiciones en las que se trabaja con la mirada puesta en mayo son cuanto menos extrañas.

En el Frente de Todos (FdT) afirman que llevan una ventaja temporal en relación a Juntos por el Cambio (JxC), porque tienen su dupla definida desde hace tiempo y esta se muestra trabajando en conjunto y sin inconvenientes. Las internas por debajo de Juan Manzur y Osvaldo Jaldo, sin embargo, están a la orden del día y no han cesado. Los pases entre espacios y los “robos” de referentes siguen. Mientras, ambos cumplen, tanto juntos como por separado, una agenda rigurosa de actos institucionales por la mañana y políticos durante la tarde. Aseguran que habrá convocatorias grandes desde ahora y hasta el cierre, pero involucrando más a la dirigencia que a los ciudadanos de a pie. Hay peronistas que consideran que se ve poco movimiento porque sólo están trabajando los acoples más grandes y que el resto está guardando el dinero para el último día. En la Casa de Gobierno aseguran que a esto se añade que la oposición no está en la calle porque especula con que la Justicia nacional pueda suspender los comicios. No creen que eso suceda, pese al ruido que generan las versiones respecto de que la Corte podría evitar una tercera candidatura del sanjuanino Sergio Uñac, a partir de una presentación opositora. Está pendiente la resolución del máximo Tribunal en relación a la postulación del vicegobernador Manzur a la gobernación.  

En el PJ sostienen que la gente los acompañará con el voto porque están presentes todo el año, mientras que los disidentes sólo recorren el territorio en épocas electorales. Reconocen que están volcando el dinero que pueden en asistencia social y subsidios; que están fumigando y tratando de contener a la gente en la epidemia.  

Un sector del Ejecutivo considera que el acuerdo Sánchez-Alfaro no tuvo el impacto que esperaban y aseguran que eso los tranquiliza. Sostienen, a la vez, que los buenos números en las encuestas que miden a Rossana Chahla para la intendencia impiden que Alfaro salga al interior y concentre esfuerzos en la capital. Es un motivo de celebración, concluyen. Aseguran que eso explica que varios dirigentes alfaristas se hayan volcado al oficialismo.

En JxC aseguran que jamás podrán moverse al ritmo del oficialismo, porque los acusan de usar recursos estatales para la campaña. En el sanchismo y el alfarismo admiten que no pudieron lograr aún la homogeneidad, pero que van avanzando como pueden. Consignan que no hicieron ni harán grandes actos, por una cuestión presupuestaria y porque saben que estas expresiones disgustan a sus votantes.

Están convencidos de que Beatriz Ávila aventaja a Chahla, pese a los números que dice tener el Ejecutivo provincial. Afirman que es una decisión que Alfaro haya dado un paso al costado en cuanto al protagonismo, pero que sigue encabezando actos y reuniones en el interior. Afirman que ningún “dirigente de peso” cruzó de vereda y que eso se notaría en los lugares que los ex alfaristas tendrían en las listas justicialistas.

Explicaron que sus acoples recién comenzarán la parte fuerte de la actividad por estos días, que ya están conformados y en carrera.

Cuestionan el rol de Manzur en la campaña y repiten que está ausente porque “fracasó” en la Nación. Ponen en duda el apoyo de la Nación, en cuanto a la llegada de recursos, y consideran que el vínculo con la Rosada perjudica ampliamente al peronismo tucumano.     Pese a que comenzaron tarde el trabajo conjunto, vaticinan un buen resultado electoral. Dicen que cuentan con mediciones que darían cuenta de que el acuerdo fue muy bien recibido por su electorado.   Facciones de todos los colores políticos afirman que, pese a que la campaña tiene características especiales, en las próximas semanas podría haber cambios e intensificarse la puja por los lugares en juego.