Un grupo de montañistas tucumanos coronó la cumbre del Nevado de Acay, una de las montañas más sagradas de Salta. Este macizo, de 5.750 metros sobre el nivel del mar, resguarda clara evidencia de presencia humana precolombina.

La aventura por estas tierras, llenas de relatos y leyendas antiguas comenzó el martes de Semana Santa. Un grupo de miembros de la Fundación Cumbres Andinas, liderado por Hernán Parajón e integrado por Adrián Parajón, Sebastián Montenegro, Marino Marchesi, Juan Gómez, Patricia Fernández y Ana Cristina Sanz arribaron durante la noche a Santa Rosa de Tastil. En ese pequeño y pintoresco pueblo, a 3.110 metros sobre el nivel del mar, comenzaron la aclimatación (adaptación del cuerpo a la altura).

Al día siguiente acamparon a unos pocos metros de la vieja y derruida estación de trenes Estación Muñano, a 4.000 metros sobre el nivel del mar. Solamente las paredes de la estación continúan en pie, como claro testimonio de la importancia que alguna vez tuvo.

Fueron días con temperaturas que, en el campamento, alcanzaban los cuatro grados bajo cero durante las noches. Días con neviscas y vientos que hacían dudar que el día del intento a cumbre se pudiera cumplir el sueño: alcanzar la preciada cima del Nevado de Acay, donde la temperatura, sin dudas, era inferior a los diez grados bajo cero. Solo se trataba de esperar.

Un largo camino hasta la cumbre

“Sábado a las cuatro de la mañana en punto -relata Hernán Parajón-. Mochila, ropa de abrigo, bebida y a pesar de la baja temperatura salimos, con muchas ansias, a intentar alcanzar la cima. Después de algo más de ocho horas de un lento caminar -detalla-, agitados por la altura, cansados por el paso de las horas, pero exultantes por el logro, alcanzamos la cumbre”.

Solo uno de los miembros del grupo tuvo que permanecer en el campamento base, debido a que su estado de salud no le permitió el ascenso. Al final de la jornada después de 14 horas de caminata y casi 20 horas de permanecer despiertos, exhaustos, pero felices cerraron la jornada con cena de festejo en la pujante ciudad de San Antonio de los Cobres.