Profundamente contrariado por el artículo de LA GACETA de este domingo. Explica que existe una penalización para aquellos que entreguen dádivas para inducir el voto y que pese a esta prohibición nunca se respetó dicha norma prevista en el Código Electoral con penas de hasta 3 años. Mi sorpresa estriba en que en el mismo artículo se comenta el reemplazo de la modalidad “bolsones” por la modalidad “dinero en efectivo” y se lo hace hasta indicando montos a otorgar de acuerdo a la celeridad en la emisión del voto. Es inadmisible que hayamos naturalizado esta práctica ilegal y antidemocrática, que afecta profundamente el valor del voto, transformándolo en una mercancía que es “pan para hoy y hambre para mañana”. Por unos míseros pesos ponemos en riesgo la elección de los mejores candidatos y votamos a los mercantilistas que disponen de dinero que luego recuperan, cuando asumen sus cargos, de modo espurio y non sancto... Estimados conciudadanos: no caigamos en estas trampas electorales porque el resultado es soportar gobernantes sin vocación y sin valores para ejercer la función pública.
Héctor M. Ávila
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