Horacio Rodríguez Larreta regresará a la Argentina durante la madrugada de mañana tras pasar el fin de semana en Barcelona. El jefe porteño tiene previsto reunirse con sus colaboradores más estrechos para tomar una decisión clave para sus ambiciones presidenciales: definir cómo y cuándo se votará en la Ciudad de Buenos Aires, el bastión electoral de Pro desde 2007.
Si no hay ningún cambio de último momento, Larreta dispondría que su sucesión en la ciudad se votará el mismo día que la elección nacional, pero empleando el sistema “concurrente” con boleta única, como le pedía Martín Lousteau, aspirante de la UCR y uno de sus socios estratégicos en Juntos por el Cambio, para garantizar igualdad de condiciones para competir en la cuna de Pro. La opción por la que se inclina Larreta ya fue vetada por Mauricio Macri, Patricia Bullrich y María Eugenia Vidal. Es decir, casi toda la cúpula de Pro. Pero el alcalde apuesta a preservar sus lazos con la UCR y contener a Lousteau, su aliado más estrecho en la fuerza opositora, con miras a la interna con Bullrich en las primarias.
Lanzado en la disputa por la Presidencia, Larreta envía señales de que apuesta a desprenderse de Macri para construir un nuevo liderazgo en la oposición. Los detractores de Larreta en Pro están furiosos con la maniobra: lo acusan de beneficiar a Lousteau en detrimento de los intereses de su partido. Para Macri, conservar la Ciudad en manos de su primo, Jorge, es una prioridad.