El dengue es una enfermedad viral transmitida por un vector, que se manifiesta con fiebre alta acompañada de decaimiento, dolores de cabeza, musculares y articulares, y detrás de los ojos. 

Pueden también aparecer náuseas y vómitos, sangrado por las encías y manchas en la piel. No existe la transmisión de persona a persona, sino que se contrae al ser picado por un mosquito previamente infectado.

El dengue tiene un período de incubación de cinco a siete días, hasta la aparición de los primeros síntomas. La medida más efectiva para prevenirlo es la eliminación de todos los criaderos de mosquitos.

Es necesario descartar todos los recipientes que contienen agua tanto en el interior como en el exterior de las viviendas, así como limpiar canaletas con regularidad, cambiar frecuentemente el agua de floreros y recipientes donde beben las mascotas.

Dengue y embarazo: cuáles son los riesgos

Según detalla el sitio web de la Fundación Repro, el embarazo no aumenta el riesgo de padecer dengue. Sin embargo, el peligro de infección durante la gestación se incrementa ante mayores y más severas epidemias de la enfermedad.

"Si bien las consecuencias sobre el embarazo y los recién nacidos fueron poco estudiadas y, en algunos casos, los resultados son contradictorios: desde informes de efectos adversos hasta hallazgos completamente inofensivos, cabe destacar que no se reconoció al virus del dengue como de transmisión vertical", detalla.

Cuáles son los síntomas del dengue en embarazadas

Las manifestaciones clínicas de la enfermedad en las embarazadas son similares a las del resto de la población: aparición de fiebre acompañada de cefalea, dolores de cabeza y de articulaciones, también malestar general y erupción cutánea. Algunos pacientes también se quejan de náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. 

Las embarazadas que desarrollan infección por dengue presentan con mayor frecuencia contracciones desencadenadas por la infección en cualquier trimestre del embarazo. Puede aumentar el riesgo de parto prematuro y de aborto. 

No existe evidencia que pruebe que el virus del dengue cause defectos congénitos ni bajo peso al nacer ni mayor incidencia de rotura prematura de membranas. 

Los efectos de la enfermedad dependen de la severidad de las distintas formas clínicas de la misma, determinadas a su vez por factores como la infección secuencial, la virulencia de la cepa, las características individuales de las personas y otros factores epidemiológicos.

Al ser una enfermedad viral no existe tratamiento específico, el mismo se basa en medidas de sostén tanto para la madre como para el feto para evitar complicaciones mayores.

Cómo prevenir el dengue en mujeres embarazadas

- Evitar ir a lugares donde la enfermedad es prevalente.

- Tomar medidas para controlar las picaduras de mosquito: repelentes, cubrirse brazos y piernas con ropa, enrejados de metal en la ventana.

- Consultar inmediatamente ante la aparición de los síntomas mencionados. Extremar los recaudos si se viaja a lugares de clima tropical.

- Reforzar la higiene de patios y evitar la acumulación de agua estancada en recipientes.

- En caso de utilizar analgésicos y/o antitérmicos no recurrir a salicilatos (aspirina) usar paracetamol o dipirona.