El presidente Alberto Fernández tenía previsto encabezar hoy el acto de inauguración del Centro Regional Universitario de la Universidad de Ituzaingó, en la zona oeste del conurbano bonaerense, a pocos kilómetros del lugar donde anoche asesinaron a un chofer de la línea 620 de colectivo. Ese crimen desató hoy una gran violencia contra el ministro de Seguridad de Buenos Aires, Sergio Berni.
La actividad había sido comunicada en la agenda oficial del Jefe de Estado, pero por la tarde Fernández cambió su postura y decidió no asistir. Fue pocos horas después de que los compañeros del chofer asesinado agredieran a Sergio Berni al costado de la autopista, en un acto de furia por la falta de respuestas oficiales ante los reiterados hechos de inseguridad.
El acto se realizará. El que no irá es el Presidente. Tampoco asistirá el ministro de Educación, Jaime Perczyk, cuya participación también estaba anunciada, pero viajará a Salta en las próximas horas. Quien si estará presente es el titular de la cartera de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.
En la Casa Rosada mantienen un absoluto silencio luego de la agresión que sufrió Berni. El Presidente no se ha expresado sobre lo sucedido en la intersección de la Avenida General Paz y la Ruta 3. Tampoco ha tenido contacto con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof.
El único funcionario de primera línea que se comunicó con el mandatario fue el Jefe de Gabinete, Agustín Rossi, quien le expresó su solidaridad y se preocupó por el estado de salud de Berni luego de recibir una golpiza y quedar visiblemente dañado por el ataque.
La relación entre Fernández y Kicillof no pasa por un buen momento. Es fría, protocolar y distante. Después de un hecho de gravedad como la agresión a un ministro como Berni, es cuánto menos extraño que el Presidente no se haya puesto en contacto con el Gobernador. Un retrato del malestar que existe en ese vínculo político.
El Jefe de Estado tampoco tiene relación con Berni, quien lo ha criticado con extrema dureza en reiteradas oportunidades, incluso extralimitándose. Esa relación está quebrada. Distinta es la relación que existe entre el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández, y Berni. Si bien en este momento es distante, no está rota por completo.
“Es una locura lo que le hicieron, lo rechazo enfáticamente, es un despropósito, ¿qué responsabilidad tiene él? Es una locura”, sostuvo el titular de la cartera de Seguridad en diálogo con Infobae.
Fernández se solidarizó con su par y aseguró: “No le podés cargar un hecho determinado a una autoridad que reacciona en función de las capacidades que tiene. La Provincia es grande, no se arregla tan fácilmente. No estoy de acuerdo con las reacciones violentas, lo primero que hay que hacer es no aceptar que 20 tipos agredan así a un funcionario”.
La protesta fue protagonizada por compañeros de Barrientos de la Línea 620, en medio de un paro masivo de colectivos para la zona oeste encabezado por la UTA, que confirmó que a la víctima del crimen le quedaba un mes para jubilarse.