Todavía no salimos del asombro de la velocidad y la capacidad con la que la inteligencia artificial se metió en nuestras vidas durante los últimos meses. Ese concepto que parecía tan abstracto, técnico y lejano, de pronto se materializó en una herramienta concreta, disponible de manera gratuita en múltiples plataformas y también en tema de conversación con gente que jamás hubiésemos imaginado.
La más conocida fue hasta ahora Chat GPT, quizás por su practicidad, por su eficiencia, por su sencillez, pero por sobre todo, por las posibilidades de servir para múltiples propósitos. Pensemos, por ejemplo, en cuatro estudiantes universitarios de distintas carreras: un estudiante de letras podría resumir un texto clásico o incluso podría traducirlo a su idioma preferido. Un estudiante de ingeniería podría trabajar con el chat para resolver problemas matemáticos complejos o un futuro abogado podría también usarlo para la interpretación o comparación de leyes. Finalmente, un estudiante de ciencias económicas podría procesar enormes tablas y hacer análisis de todo tipo, en cuestión de segundos.
Ese es el valor que hoy está aportando OpenAI, la compañía creadora de Chat GPT, un valor tangible para diversos usos y por eso se explica la rápida expansión que ha tenido en términos de usuarios y la reacción de los gigantes tecnológicos en subirse a la carrera por la inteligencia artificial. Para no perder pisada en dicha maratón, la empresa acaba de presentar su nuevo modelo que mejorará todas las presentaciones de sus productos. El miércoles pasado reveló que ya está disponible GPT-4, el nuevo “cerebro” que será más rápido, seguro y preciso, según sus directivos.
“Pasamos seis meses haciendo que GPT-4 sea más seguro y más alineado. GPT-4 tiene un 82% menos de probabilidades de responder a solicitudes de contenido no permitido y un 40% más de probabilidades de producir respuestas fácticas que GPT-3.5 en nuestras evaluaciones internas”, asegura la empresa en su presentación del nuevo modelo que promete dar un salto cualitativo en sus prestaciones.
Como en su versión anterior, el modelo de inteligencia artificial puede interpretar preguntas y ofrecer respuestas, pero ahora mucho más extensas, pasando de 3.000 palabras a 25.000. También promete generar código de programación más efectivo y en cualquier lenguaje. Pero una de las novedades más importantes es que ahora el sistema puede interpretar imágenes. En la presentación de la actualización, una persona dibujó un boceto de un sitio web en un papel. Luego la envió a la inteligencia artificial y el sistema le devolvió el código de toda la página, lista para ser funcional. Además puede analizar situaciones lógicas de una foto. Por ejemplo, si le mostramos una imagen con globos de helio y le preguntamos “qué pasaría si cortamos el hilo que los ata al suelo”, el sistema responde que todos los globos se irán volando. Así de simple.
Aunque parezcan ejemplos un poco triviales, imaginen qué pasaría si le mostramos piezas rotas de un objeto y le pedimos cómo arreglarlo, una foto del interior de nuestra heladera y le pedimos posibles recetas con esos ingredientes o los típicos mensajes de error de la computadora para luego solucionarlos. Todo esto sin mencionar las posibilidades que se abren hacia otros campos de la ciencia mucho más complejos, la medicina, la matemática o la tecnología.
Sam Altman, fundador de OpenAI, advirtió a través de su cuenta de Twitter sobre posibles errores en GPT-4: “Todavía tiene fallas. Es aún limitado y parece mucho más impresionante al principio que después de pasar un buen rato con él”. Y es que la estrategia de la empresa es volcar sus productos al mercado lo más rápido posible y a partir de allí mejorarlos. Esta jugada le está ganando la pulseada a Google, quien ha prometido tener su propio servicio de inteligencia artificial conversacional, llamado Bard, pero hasta ahora no ha salido a la luz para el público masivo.
El nuevo GPT-4 ya está disponible para usarlo, pero para ello hay que abonar el servicio de ChatGPT Plus, que tiene un precio de 20 dólares al mes. También se puede usar una versión más limitada en el buscador Bing, de Microsoft, a través de un pedido de acceso. Este precio puede ser un factor limitante para quienes estamos de este lado del mundo tan devaluado, pero sin dudas el producto ya ha demostrado el potencial para convertirse en una herramienta clave de productividad y conocimiento.