La idea es original pero parecía demasiado descabellada para que Hollywood la consagrara con su premio mayor. La teoría del multiverso (existencia de muchos universos paralelos a los que se puede acceder alternativamente) había sido muy explotada últimamente por las superproducciones de Marvel. Lo que hicieron Daniel Scheinert y Dan Kwan -los Daniels- fue situar en el multiverso a una historia de gente común y corriente en clave de comedia delirante de ciencia ficción, con ritmo frenético, artes marciales y un argumento que no es fácil de entender o aceptar para el público habituado a lo convencional. Y si hiciera falta un ejemplo de convencionalidad -a ultranza- se puede mencionar a la película que premió la Academia hace apenas un año: “CODA”.
Ahora, con “Todo en todas partes y al mismo tiempo” llevándose todos los premios principales de la noche, siete en total, el Oscar demostró que es capaz de rendir tributo a propuestas innovadoras y a tono con las nuevas generaciones. Sobre todo si vienen precedidas de numerosos galardones por parte de los sindicatos de actores, críticos, productores, guionistas y directores, entre otros.
Los Daniels obtuvieron con éste, su segundo filme, los Oscar a mejor película, dirección, montaje, guion, actriz protagonista para Michelle Yeoh y actor y actriz de reparto para Ke Huy Quan y Jamie Lee Curtis.
La dupla comenzó su carrera como directora de videos musicales,incluyendo el popular DJ Snake promocional para el sencillo “Turn Down for What” (2013). Su primera aventura en cine fue la comedia dramática surrealista “Swiss army man” (“Un cadáver para sobrevivir”, 2016, disponible en HBO Max).
Especial es el caso de Quan, ex refugiado survietnamita cuyo papel más famoso fue el de un niño que acompañó a Indiana Jones en una de sus aventuras. Su último rol había sido en “Los Goonies” (1985) y desde los 14 años quedó marginado de la actuación, durante cuatro décadas, para volver ahora de modo triunfal.
La premiada como mejor actriz, Michelle Yeoh es una artista malaya de origen chino que saltó a la fama como una “chica Bond” en “El mañana nunca muere” (1997, con Pierce Brosnan) y después se consagró con la ganadora del Oscar “El Tigre y el Dragón” (2000). En Netflix están dos títulos donde actúa Yeoh: La miniserie “The witcher, el origen de la sangre” (2022) y el filme de aventuras y artes marciales “Sword of destiny” (2016).
Por el lado de Jamie Lee Curtis, esta querida veterana del cine es muy conocida por los fans del terror, que la apodaron “la reina del grito” a raíz de su inamovible protagónico en la saga “Halloween”. Sin embargo, los mejores trabajos de la extensa y variada filmografía de la hija de Janet Leigh y Tony Curtis son la comedia policial “Los enredos de Wanda” (1988) y el thriller de acción “Mentiras verdaderas” (1994), por los que ganó un Bafta y un Globo de Oro, respectivamente.
Al Oscar al mejor actor protagónico se lo llevó un conmovido Brendan Fraser, por “La ballena”. Es la historia de un obeso mórbido, cuyo perfil coincide en cierta forma con la vida real del actor.
Fraser se hizo famoso por su papel de “George de la selva” (1997, disponible en Disney+), una lograda parodia de Tarzán donde el actor luce sus dotes histriónicas. Su otro gran éxito es “La momia” (1999), que está en Netflix.
La carrera del actor decayó desde que en 2018 declaró que fue agredido sexualmente por Philip Berk, presidente de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, en 2003. El incidente, su posterior divorcio y la muerte de su madre llevaron a Fraser a una depresión. Eso, combinado con sus problemas de salud y una reacción violenta dentro de la industria por hablar en contra de Berk, cree que hizo que su carrera decayera. “Quiero decirles que solo las ballenas pueden nadar en las aguas profundas (...) gracias por permitirme regresar, por permitirme resurgir, por volver a la superficie para volver a ser visto”, dijo al agradecer el premio.
Otro de los premios sobresalientes fue el de mejor película internacional, para la alemana “Sin novedad en el frente”, que obtuvo otras tres estatuillas y demostró cómo una historia clásica y al extremo dramática puede relatarse de nuevo, con más potencia y despliegue visual.
El mexicano Guillermo del Toro fue el primero de la noche en subir al escenario para recibir una estatuilla con su “Pinocho”. El autor de la excelente “El laberinto del fauno” y la aburrida “La forma del agua” (Oscar 2018) auguró gran futuro a la animación. En su solapa lució el moño azul de una campaña por los refugiados.
Camisetas argentinas: emoción hasta en la derrota
El equipo de “Argentina, 1985” atravesó el domingo de los Oscar de emoción en emoción. Mucho antes de que se conociera que -previsiblemente- el Oscar a mejor producción internacional fuese para “Sin novedad en el frente”, en su llegada al Dolby Theatre donde fue la ceremonia, el director Santiago Mitre y los protagonistas Peter Lanzani y Ricardo Darín fueron de los primeros en pasar por la alfombra roja. Los interceptó para una nota Axel Kuschevatzky, a la sazón productor del filme. Tanto él como Lanzani confesaron que habían llorado por la mañana. Darín contó que llegaron temprano y mientras esperaban en la combi que los trasladó, vio a un grupo de argentinos con la camiseta de la selección nacional de fútbol alentándolos desde la vereda de enfrente. Luego de la ceremonia, el actor consideró que la derrota “es parte del juego, ganás o perdés”. “La gente abrazó y adoró a la película. Siento profundamente en mi corazón la posible decepción de mucha gente en mi país. Estamos muy orgullosos de nuestro trabajo y de la película. Esto no lo menosprecia: al contrario, porque ahora valoramos mucho más los premios anteriores”, dijo para TN.