La mitad de los argentinos tenemos una percepción desfavorable del presente y futuro del país y solo un 30% todavía mantiene una percepción positiva. Así lo indica un estudio reciente que impulsó la Universidad Siglo XXI, de Córdoba, en siete ciudades argentinas, incluida San Miguel de Tucumán, con el cual presentó su nuevo centro de investigación para identificar problemas claves de nuestro territorio. La conclusión general es una mirada negativa sobre la democracia como sistema de gobierno y de la educación como posibilidad de transformación.

El estudio cordobés indica que en general, los argentinos tenemos una percepción negativa del funcionamiento de la democracia, con un índice de -55% si se compara los que tienen una visión positiva con quienes tienen una visión negativa. El 80% de los encuestados, quienes fueron consultados telefónicamente, consideró que el gobierno no logra combatir adecuadamente la corrupción, el 77% indicó que la gestión de políticas publicas no es transparente, el 58% aseguró que el gobierno no se esfuerza por promover y cuidar la democracia, y 67% indicó que el gobierno no representa las opiniones y preferencias de los ciudadanos.

En un año en el que todas las miradas estarán centradas en la dinámica de la política, cuyos referentes aún no dan señales claras de cómo presentarán su oferta electoral, el informe es un mensaje para reflexionar. Casi por casualidad, los datos de este estudio se revelan a pocos meses de que la democracia cumpla 40 años ininterrumpidos como sistema de gobierno, una celebración que pasará poco advertida por los ciudadanos aturdidos de cruces, dimes y diretes.

El trabajo académico también arrojó que apenas el 10% de los encuestados cree que “logrará cumplir sus metas personales” y el 21,5% piensa “que la situación argentina va a mejorar”. Un presente poco motivador y un futuro preocupante son las recetas del día a día de los argentinos, aunque el estudio también destacó que el 40% de los encuestados admitió que “hasta ahora ha obtenido las cosas importantes que quiere” en su vida y el 50% se manifiesta “satisfecho”. No es una contradicción, son las mismas personas las que se muestran complacidas por sus logros personales pero no se sienten acompañadas por quienes las representan.

La educación fue también uno de los ejes con peores índices del estudio. Al analizar esta dimensión se observaron, según los investigadores, los valores más altos de percepción negativa, ya que el 83% de los argentinos considera que la educación argentina no nos prepara adecuadamente para el mercado laboral del futuro.

Finalmente, el 60% de los encuestados señaló que sus ingresos económicos no son suficientes para satisfacer sus necesidades y el 75,4% no se encuentra satisfecho con su capacidad de ahorro. Sin embargo, hubo un dato que sí es inquietante porque también revela que los argentinos aún no hemos bajado los brazos. Ante la pregunta de qué harían si recibieran 10.000 dólares de regalo, el 18% de los encuestados respondió que utilizaría ese dinero para saldar deudas, el 17% para ahorrar y el 62% para invertir. Sí, la mayoría estaría dispuesta a dejar su capital y apostar por un negocio, renta o industria local. De nuevo, la prosperidad económica está devaluada evidentemente pero las ilusiones no están quebradas al cien por cien. Por eso también existe un 51% que cree que en el futuro podrá cumplir sus metas personales.

Todas las señales indican que en términos individuales, los argentinos se sienten capaces de sí mismos, confían en sus posibilidades aunque el escenario general sea adverso en todas sus dimensiones. A pocos meses de la celebración por la democracia, sería un gran hito volver a ilusionarnos con el futuro.