“Luche y vuelve”, el acto que el kirchnerismo organizó en el municipio bonaerense de Avellaneda, coronó el operativo clamor que inició este sector del Frente de Todos (FdT) hace un par de semanas atrás para pedirle a Cristina Fernández de Kirchner que sea candidata a presidenta en las elecciones de este año. Aunque se esperaba su presencia, la vicepresidenta no asistió al evento.

Aprovechando la fecha en la cual se conmemoraban 50 años de la victoria del candidato del Frente Justicialista de Liberación (Frejuli), Héctor Cámpora, agrupaciones políticas, sociales y sindicales se movilizaron con el objetivo de “romper” la supuesta proscripción de la que la vicepresidenta se siente víctima a raíz de la condena a seis años de prisión e inhabilitación para ocupar cargos públicos que se le impuso en la causa Vialidad.

La mira sobre el FMI

Al igual que lo hizo su madre el pasado viernes en Río Negro, el diputado nacional Máximo Kirchner centró sus principales cuestionamientos al Gobierno nacional en el acuerdo al que se arribó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por el refinanciamiento de la deuda pública. Durante la exposición que brindó en Avellaneda, el legislador expresó que si el frente oficialista “hubiera tenido mayor decisión, mayor coraje, la renegociación se hubiera dado de otro modo”. “El Fondo aprieta, la Argentina cede y terminamos cediendo por baratijas nuestros recursos”, enfatizó Kirchner y sostuvo que acuerdos como los arribados solo promueven la “flexibilización laboral, impositiva y de las normas ambientales para poder dañar y acumular grandes ganancias a costa de nuestro territorio”. A este tramo del discurso, el principal dirigente de La Cámpora lo cerró manifestando que ojalá la gestión de Fernández hubiera explicado “por qué accedía a un acuerdo, no diciendo que era el mejor del mundo, sino diciéndo que estaba siendo extorsionado por culpa del expresidente Mauricio Macri”. En el ocaso de su alocución Kirchner hizo un llamado a la militancia al hablar de los desafíos que deberá afrontar el espacio de cara al futuro y cuestionó a aquellos dirigentes del FdT que tienen como principal objetivo “vencer a Cristina”. “Más que agradecidos deberían estar algunos de ocupar un lugar con el que muchos argentinos sueñan”, remarcó.

Nada sin Cristina

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, fue uno de los protagonistas de la jornada y fue el encargado de dejar un contundente mensaje al sector oficialista encabezado por el presidente Alberto Fernández. “Durante los 18 años que el Partido Justicialista estuvo prohibido, hubo algunos vivos que pensaban que se podía hacer peronismo sin Perón, pero no se podía. Como hoy no se puede hacer un peronismo sin Cristina”, dijo el mandatario bonaerense. Kicillof también criticó con dureza el rol de la Justicia y cuestionó “las presiones” que llevan adelante contra la vicepresidenta. “Nunca se usó tan mal el concepto de fundamentos”, afirmó el dirigente en relación a la sentencia de la causa Vialidad y agregó: “Lo que ocurrió fue una vergüenza, una calamidad, un ridículo de ese ‘partido judicial’. En ese fallo, como dijo el abogado de Cristina Fernández, no pudieron sostener los argumentos presentados por los fiscales y parecía otro juicio, con otros argumentos”.

Plan de acción

La jornada de debate culminó con la redacción de un documento donde los dirigentes plasmaron los pasos a seguir “para romper la proscripción” de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y calificaron al encuentro como un punto “un punto de inflexión” para el espacio en todo el país. En ese texto señalaron además que la expresidenta y actual titular del Senado es “la garantía indiscutida para la construcción de un país con justicia social, independencia económica y soberanía política”. “Esta convocatoria debe ser un punto de inflexión que dé inicio a un conjunto de acciones a lo largo y ancho del país, en cada provincia, en cada distrito, en cada barrio, en cada casa, para lograr, con el protagonismo de nuestro pueblo, romper la proscripción”, subraya el pronunciamiento.