Vecinos del barrio Congreso se sumaron a los reclamos en contra de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT), debido a las pérdidas de líquidos cloacales y a la cada vez más baja presión de agua, lo que dificulta el abastecimiento a las 500 familias del lugar.
Los residentes de este barrio ubicado al oeste de San Miguel de Tucumán denunciaron que el 20 de febrero, alrededor de 40 personas ingresaron armadas al predio y rompieron la reja que rodea la bomba de agua, destrozaron los caños y realizaron una conexión clandestina hacia un asentamiento cercano. Para evitar un conflicto social severo y ante la mirada de operario de la SAT, se hizo la conexión hacia el asentamiento. Desde ese momento, la presión de agua disminuyó notablemente y en algunas manzanas no hay posibilidad de bañarse o de utilizar el cuatro de la madrugada, vecinos del asentamiento se dirigieron a la bomba, armados con palos y con una actitud agresiva. Había niños y mujeres que estaban como defensa para que nadie los detuviera. Estaban muy organizados, había gente distribuida estratégicamente por el barrio haciendo de campana, mientras que otros trabajaban con picos para realizar la conexión”, dijo R.C. quién quiso preservar su identidad.
“Las personas del asentamiento deberían tener agua como cualquier ser humano, es un elemento esencial y un derecho, pero no es la forma; no de esta manera con violencia”, expresó Viviana Gonzalez.
Los vecinos exigen que la SAT se haga responsable de esta situación y brinde una solución para que todos puedan tener acceso al servicio.
“La bomba suministraba agua a 488 viviendas, hace poco se entregó la ampliación del barrio Congreso y la misma bomba les suministra el agua, ahora también al asentamiento. La bomba no da abasto”, amplió.
Por otro lado, muchos reclamaron por la inseguridad que se vive en la zona: los niños son el blanco predilecto de los delincuentes cuando caminan hacia la parada del colectivo o vuelven a sus hogares.
“El año pasado entraron a mi casa, me apuntaron a mí y a mis hijos con una pistola y se llevaron aparatos electrónicos, un celular que recién terminé de pagar el mes pasado”, lamentó Valeria Rodríguez.
“Yo vivo hace 21 años en ese barrio; estamos muy indefensos”, se quejó Daniela Politi. Respecto de la conexión de agua, dijo: “entraron como dueños y señores, eso genera mucha angustia. Inclusive no han robado los toboganes de las plazas. Esto lo tienen que solucionar las autoridades, solicitamos más presencia policial para que los vecinos dejemos de exponernos”.
Silvana Burgos, otra vecina, ratificó que se convive con la ola de inseguridad”, sostuvo.
Otro de los reclamos fue la pérdida de líquidos cloacales, que según dijeron, ayudó a la proliferación del mosquito transmisor de dengue.
“Hay grandes pérdidas de agua, sobre todo en el Camino del Perú. Es la primera vez, desde la pandemia, que se sabe sobre tantos casos de dengue en el barrio, por el grupo de vecinos ya han reportado que hay familias infectadas”, aseveró Rodríguez.