A lo largo de los últimos años y gracias al aporte y lucha de los distintos colectivos feministas alrededor del mundo, emergieron nuevas expresiones y términos que fomentan y promueven un lenguaje más inclusivo e igualitario. Expertos lingüistas de Babbel, una plataforma de aprendizaje de idiomas, recopilaron algunas de las palabras y frases que se instauraron en la sociedad a partir de la lucha por hacer visible la voz y los derechos de las mujeres. Son las siguientes:

Sororidad: proviene del latín “soror” (hermana). Se utiliza para referirse a la relación de apoyo y unión, contrarrestando con uno de los estereotipos más arraigados: que las mujeres son las peores enemigas de otras mujeres. Implica que en las relaciones entre mujeres, ellas se sienten como iguales.

Empoderamiento: palabra clave para ayudar al progreso social en busca de la igualdad entre hombres y mujeres. Aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Suele utilizarse en referencia a la toma de conciencia del poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres.

Deconstrucción: nos muestra el error de aceptar una verdad como única o natural. Cuando hablamos de masculinidades, deconstrucción significa cuestionar, criticar y accionar sobre los atributos atribuidos a cada género que hemos aprendido a lo largo de la vida.

Coeducación: es el método de intervención educativo que va más allá de la educación mixta y cuyas bases se asientan en el reconocimiento de las potencialidades e individualidades de niñas y niños, independientemente de su género.

Conciliación: es equilibrio entre las responsabilidades personales, familiares y laborales porque se asume, en el imaginario colectivo, que quienes deben y necesitan “conciliar” son las mujeres. Este término raramente aparece relacionado con el trabajo masculino. Hay que prestar especial atención a las obligaciones de los hombres en esta materia y evitar que las mujeres sean las únicas que se ocupen del cuidado de los hijos y de otras personas dependientes.

Corresponsabilidad parental y familiar: va más allá de la conciliación y rompe el estereotipo según el cual las labores domésticas son trabajos “de mujeres”. Ser corresponsable implica compartir la responsabilidad de atención y cuidado familiar y tener los mismos derechos y deberes independientemente del género.

Paridad de género: situación de equilibrio en la participación de mujeres y hombres en los espacios de decisión políticos, económicos y sociales. En contraposición, está la “brecha de género”, que hace referencia a la diferencia entre las tasas masculina y femenina en la categoría de una variable. Es decir, cuanto menor sea la “brecha” entre hombres y mujeres más cerca se estará de la igualdad. Normalmente se habla de la brecha de género salarial - que se refiere a las diferencias salariales entre mujeres y hombres, tanto en el desempeño de trabajos iguales como la producida en los trabajos feminizados - y brecha de género tecnológica - designa las desigualdades entre mujeres y hombres en la formación y en el uso de las nuevas tecnologías -. En resumidas cuentas es la razón por la que una mujer cobra menos que su compañero de trabajo masculino haciendo exactamente lo mismo.

Ecofeminismo: El ecofeminismo es la corriente del feminismo que define una sociedad ecológica, descentralizada, no jerárquica y no militarizada, con democracia interna y en la que las mujeres vivan sin opresión.

“Ni una menos”: es una consigna que dio nombre a un movimiento feminista surgido en Argentina en el año 2015, que posteriormente se expandiría a gran escala hacia varios países de hispanoamérica y otras regiones del mundo. “Ni una menos”, es un colectivo de protesta que se opone a la violencia contra la mujer y su consecuencia más grave y visible, el feminicidio. La marcha denominada “Ni una menos” se realizó por primera vez el 3 de junio de 2015 en 80 ciudades del país.

Derechos reproductivos: el concepto de salud es mucho más amplio que la simple ausencia de enfermedad. En consecuencia, la salud reproductiva implica la capacidad de disfrutar de una vida sexual satisfactoria y sin riesgos, de disfrutar de la capacidad de reproducirse y de la libertad de decidir cómo, cuándo y cuántas hijas e hijos se desean tener. De esta manera, se entiende por derechos reproductivos aquellos que tienen las mujeres y los hombres para poder obtener información y libre acceso a los métodos anticonceptivos, derecho a recibir seguimiento médico adecuado durante sus embarazos y a la atención personalizada durante y después del parto.