En Rosario nadie habla de otra cosa. El ataque a balazos a un supermercado propiedad de la familia política de Lionel Messi tiene una sola hipótesis: fue un hecho para infundir terror y obligar a pagar protección, el otro sistema de ingreso de dinero que han adoptado los grupos narcos de la calle. Mientras tanto, el Gobierno Nacional busca elaborar un plan para tratar de llevar algo de paz a esa ciudad santafesina.
El jueves a la madrugada, dos desconocidos a bordo de una moto se detuvieron frente al supermercado Único, que es del suegro del futbolista. Dispararon 14 veces contra el local y luego huyeron.
Los investigadores sostienen que los agresores actuaron con pericia. Este ataque es diferente a otras balaceras que se produjeron en las últimas semanas y no todas fueron esclarecidas. Hasta el cierre de esta edición no se había identificado a los autores del ataque.
Rosario está acostumbrándose a las balaceras. Lo que deberían ser situaciones aisladas, se terminaron transformando en algo común y corriente. Así lo hizo saber el intendente rosarino Pablo Javkin: “En la ciudad tenemos Policía provincial, Policía Federal, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y Gendarmería. ¿Cuántas persecuciones cubrieron ustedes? Porque no las hay. ¿Cómo se evita esto? Evitando la impunidad”, explicó.
En las últimas semanas hubo ataques cinematográficos. Hace poco menos de un mes ocurrió un hecho que generó un fuerte impacto a nivel local. Si bien no tuvo la trascendencia mundial del atentado al supermercado Único de la familia Roccuzzo, sí provocó, por ejemplo, que el intendente Javkin cuestionara fervientemente cómo había sido posible que algo así ocurriera. El lunes 6 de febrero, en barrio Godoy, uno de los más castigados por el narcomenudeo, un sujeto en bicicleta baleó una comisaría y huyó sin que pudiera ser atrapado.
Hubo otro hecho mucho más sangriento. Por la interna que enfrenta a facciones de la banda de “Los Monos” (la más temida en Rosario), desconocidos asesinaron al artista callejero Lorenzo Altamirano para adherirle en su cuerpo una nota con amenazas en contra del grupo rival. Por ese hecho, la Justicia Federal ordenó allanar las cárceles federales donde están detenidos los líderes de estas facciones. Además de buscar pruebas contra ellos, también intentaron sumar evidencias en contra del personal penitenciario, ya que sospechan que brindarían un trato privilegiado a los condenados.
Versión oficial
El jefe de los fiscales de Santa Fe, Jorge Baclini, no sólo destacó la gravedad del incidente, sino que aseguró que fue diseñado para que causara conmoción pública. “Por eso se eligió como blanco un negocio vinculado con Messi, una de las figuras más populares del mundo”, explicó en declaraciones publicadas por el diario “La Capital”. “Fue un ataque directo que es intimidante y encierra una amenaza para ofrecer cierta seguridad, lo que causa preocupación a la comunidad y enciende las alertas de los encargados de seguridad”, añadió.
El funcionario judicial reconoció que si bien las balaceras intimidatorias son habituales en la ciudad, el ataque contra el local de la cadena Único tiene características particulares. “La amenaza incluye al intendente, lo que de por sí es grave y al mismo tiempo genera una repercusión inédita”, finalizó.
En una nota publicada por el diario “La Nación”, el presidente de la Asociación Empresaria de Rosario (AER) Ricardo Diab, dijo que las extorsiones crecieron durante enero y febrero de manera notable. “Muchos comerciantes mostraron su preocupación y desconcierto ante la situación. La mayoría de las amenazas en busca de dinero provenían de la cárcel. Eran reclusos que realizaban llamadas amenazantes que muchas veces terminaban en locales baleados”, señaló.
El dirigente empresarial indicó que la entidad aconseja a sus asociados a no pagar y luego denunciar. “Pero también entendemos a las víctimas que deciden ceder ante la extorsión porque hay que estar en la piel de la persona que sufre las amenazas y teme por su familia”, añadió.
Diab indicó que el ataque al supermercado generó un efecto multiplicador en las últimas horas. Informó que se registraron varias amenazas y extorsiones a negocios y bares y restaurantes de la zona norte de Rosario. “No sabemos qué hacer. Estamos muy preocupados”, reconoció un empresario del sector gastronómico.