El Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) presentó el “Plan Federal Agroindustrial 2023/2033”, que será compartido a todo el arco político y a distintos sectores de la sociedad. Está conformado por 40 propuestas para el desarrollo sostenible de la agroindustria, con el objetivo de generar en los próximos 10 años exportaciones por U$S 100.000 millones anuales, 878.000 nuevos empleos y una inversión de U$S 15.000 millones en activos fijos.

Según publicó Infobae, la propuesta contempla medidas macroeconómicas, como la unificación del tipo de cambio, la eliminación paulatina de los derechos de exportación -conocidos como retenciones- en un plazo de 10 años, y otros impuestos regresivos como Ingresos Brutos, y la eliminación de las restricciones a las exportaciones. Además, propone la discusión de una ley exportadora que otorgue previsibilidad en materia impositiva y el establecimiento de un ordenamiento territorial que evite conflictos.

En opinión de Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro Exportador de Cereales (Ciara-CEC) y Coordinador Técnico del CAA, existen una serie de condiciones necesarias para que los objetivos del Plan se puedan cumplir. “Necesitamos contar con una macroeconomía estable, con infraestructura competitiva, con inversión pública orientada a la producción, y con una política monetaria, crediticia y fiscal consistente con la producción y con el comercio exterior expansivo, incluyendo un tipo de cambio único y competitivo”, puntualizó.

Una de las medidas anunciadas en el plan es la baja de las retenciones y hasta su eliminación en un plazo de 10 años. Se daría de la siguiente manera: para las economías regionales y productos listos para consumir, las retenciones alcanzarán un 0% al momento de implementarse el plan, lo que tendría un costo fiscal insignificante de solo U$S 60 millones. Para los cereales, como es el caso del trigo y el maíz, la propuesta contempla un periodo de reducción de entre cinco y seis años. Para la carne y para los lácteos, que están en un 9%, se aceleraría la reducción solo tres años. Y en el caso de la soja la baja sería de un 3% por año.