Una serie de denuncias por estafas telefónicas llevó al Ministerio Público Fiscal a requerir a la Justicia el otorgamiento de medidas cautelares para que la entidad crediticia no cobre los préstamos obtenidos de manera engañosa por los damnificados.

En la mayoría de los casos, los delincuentes se contactaban con las víctimas, simulando ser empleados de una conocida tarjeta de crédito con la excusa que le adeudaban dinero por diferentes motivos, como por ejemplo, revistas cobradas que nunca fueron recibidas por los clientes.

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Como consecuencia de esta maniobra, y siempre mediante engaños, en algunos casos los delincuentes obtenían las claves de acceso a las aplicaciones bancarias de las víctimas y, en otros, las inducían para que tomen préstamos, que una vez acreditados en la cuenta de los denunciantes terminaban transfiriendo a cuentas de terceros.

También el MPF detectó que los delincuentes solicitaban la descarga de una aplicación, que les permitía el acceso al móvil del damnificado para vulnerar sus claves.

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“Estas medidas fueron autorizadas en todos los casos y remitidos para que se abstengan de descontar estos préstamos. Como consecuencia del accionar de la Fiscalía, algunas de estas entidades bancarias comenzaron a resolver favorablemente los reclamos de las víctimas”, explicó María Laura Cortez, integrante del equipo especializado de la Unidad Fiscal de Delitos Complejos del MPF.

“Le queremos recordar a la sociedad que desde cualquier entidad bancaria o crediticia jamás les van a pedir, por ningún medio, datos sensibles como claves o datos de sus tarjetas de crédito. En este sentido, es fundamental advertir a nuestros adultos mayores que son uno de los grupos más vulnerables en este tipo de delitos ya que tienen menos acceso a redes sociales y, por ende, a las campañas de prevención para evitar que sean víctimas de estafas”, aconsejó Cortez.