La industria citrícola atraviesa una crisis estructural, a tal punto que varias empresas líderes han decidido retirarse del mercado de frutas frescas y se están reconvirtiendo.

Esta tremenda crisis se vio de modo dramático la semana pasada, cuando los trabajadores rurales reclamaron por 400 despidos y por atraso salarial y los empresarios dijeron que hace un año estaban advirtiendo de las dificultades que atraviesa la actividad y de la necesidad de medidas que no se materializaron. “El negocio es cada vez menos rentable o directamente no es rentable”, dijo el presidente de Acnoa, la entidad que representa a los productores.

Ya el año pasado, con la invasión de Rusia a Ucrania, se advirtió del enorme impacto que tenía en la actividad la pérdida de las exportaciones a Rusia. Pero eso se inscribía en un contexto desventajoso para la citricultura, afectada por la mayor competencia internacional (España, Turquía y Egipto incrementaron su oferta en desmedro de la Argentina), el aumento de los costos de los agroquímicos, el valor del flete, el retraso cambiario, la venta al exterior al valor del dólar oficial con costos al productivos que se cotizan según el dólar “blue”. Además, retenciones gravadas de manera equivocada que no han sido cambiadas a pesar de los reclamos. La Provincia ha reconocido la emergencia, no así la Nación, que demora las medidas que podrían aliviar la crisis del sector.

En esta campaña se dejaron e cosechar unas 300.000 toneladas –las cuales debieron ser destruidas- a lo que se suman elevados stocks industriales acumulados y medidas antidumping de Estados Unidos y la Unión Europea. De la actividad dependen de manera directa o indirecta unos 100.000 puestos de trabajo y en nuestra provincia hay unas 10.000 hectáreas de plantaciones que están recibiendo el tratamiento mínimo de mantención de cultivo y que no están siendo tratadas para exportación. Y ya se perdieron casi 5.000 hectáreas de limón que han sido pasadas a otros cultivos

Los productores relaman que se declare la emergencia citrícola nacional y se reglamente de inmediato la norma; que haya un dólar diferencial para ingresos de divisas derivadas de la exportación de estos productos; eliminación de derechos de exportación; reintegros a la exportación; aportes no reembolsables para financiar programas del ente fitosanitario Afinoa; fondos para investigación y desarrollo de nuevos productos industriales partir del limón, y antidumping contra el jugo concentrado de limón.

Así las cosas, es de esperar una atención especial de las autoridades y del mundo político a la problemática de la industria citrícola, ya que se vaticina que esta temporada la zafra se retrasará, porque los precios no acompañan, según advirtió el presidente de Acnoa. Además esto se une al descenso de las exportaciones, que, según estiman los productores, está directamente vinculado a la caída de puestos de trabajo y mano de obra necesaria.