Se están cerrando escuelas rurales con ciclos básicos (ex EGB y de itinerancia) en toda la provincia. Dejan sin el derecho a estudiar a centenas de estudiantes y a docentes sin trabajo. Crean, en el interior profundo, una conmoción social. Las cierran sin ningún tipo de instrumento legal. Los docentes, como los estudiantes, serán reubicados en las denominadas escuelas de transferencias que tampoco existen al carecer de una resolución y el presupuesto correspondiente. Lo más grave es la existencia de alumnos que van a quedar sin educación Tienen que caminar kilómetros, desde sus casas para llegar a la ruta, bajo intensos calores o fríos. Las escuelas a las que pretenden reubicarlos, aunque tengan transporte gratis, están bastante alejadas de sus domicilios, saliendo y llegando a cualquier horario. El cierre de una escuela implica la desaparición de un pueblo o comunidad. Hace falta sentido común y criterios. Son necesarios los cambios pero deben ser paulatinos y estudiados meticulosamente para garantizar a esos niños el derecho a la educación, así sean uno, tres, cinco o diez.

Pedro Pablo Verasaluse

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