El terremoto en Turquía sigue dando a conocer emocionantes historias de vida y de rescate cuando el número de fallecidos ya supera las 45.000 personas. En las últimas horas se viralizó el video de un adolescente bajo los escombros, quien decidió grabar sus “últimos momentos” y relató cómo vivió tanto él como su familia el fatídico sismo del pasado 6 de febrero.
Terremoto en Turquía: encontraron muerto a Christian Atsu, el futbolista que había desaparecidoEl adolescente, llamado Taha Erdem, tiene 17 años y se encontraba junto a su familia en el momento exacto en que se produjo el fuerte terremoto. Vivían en un edificio de cuatro plantas, el cual a pocos minutos del impactante movimiento se derrumbó con todos sus habitantes.
Derrumbado el edificio, Taha se encontró solo y atrapado bajo toneladas de escombros, con olas de potentes réplicas que desplazaban los escombros, reduciendo su espacio entre el amasijo de hormigón y acero retorcido. Fue en ese momento cuando el adolescente sacó su teléfono celular y empezó a grabar un último adiós, con la esperanza de que lo descubrieran después de su muerte.
“Creo que este es el último vídeo que grabaré para ustedes”, dijo desde el estrecho espacio, con el teléfono temblándole en la mano mientras los temblores sacudían el edificio derrumbado.
Demostrando una notable resistencia y valentía para un adolescente que creía estar diciendo sus últimas palabras, enumera sus heridas y habla de lo que lamenta y de las cosas que espera hacer si sale con vida. Durante el vídeo se oyen los gritos de otras personas atrapadas.
“Todavía estamos temblando. La muerte, amigos míos, llega en el momento en que uno menos se lo espera”, dice Taha, antes de recitar una oración musulmana en árabe.
“Hay muchas cosas de las que me arrepiento. Que Dios me perdone todos mis pecados. Si salgo vivo de aquí hoy hay muchas cosas que quiero hacer. Seguimos temblando, sí. No me tiembla la mano, es sólo el terremoto”.
El adolescente continúa relatando que cree que su familia ha muerto, junto con muchos otros en la ciudad, y que él se unirá a ellos.
Pero Taha estaba destinado a ser uno de los primeros salvados del edificio destruido. Dos horas después, unos vecinos lo sacaron de entre los escombros y lo llevaron a casa de una tía.
Diez horas después del terremoto, sus padres y hermanos también fueron salvados por residentes locales que excavaron en los restos del edificio con sus propias manos y las herramientas que encontraron.
Cuando The Associated Press habló con la familia el jueves, vivían en una tienda de campaña proporcionada por el gobierno, junto con otros cientos de miles de personas que sobrevivieron a la catástrofe que asoló el sur de Turquía y el norte de Siria.